“La vida es una total paradoja, –dijo mi sobrina–. Cuando el mundo externo por todos lados se está cayendo a pedazos y no encuentras para dónde voltear, vuelves tu mirada al interior y descubres lo mejor del universo.
“Los jóvenes tenemos derecho a pensar y decidir querer cambiar el mundo para construir uno mejor. Creemos que al cambiar las circunstancias externas vamos a tener condiciones para conseguir lo que queremos: éxito, amor, dinero y sobre todo, felicidad.
“¿Y sabes qué? Hoy tenemos una ventaja sobre las generaciones anteriores. No sólo es el internet y la rapidez con que viaja la información; no sólo es que sabemos que la realidad no es tal, porque está lo virtual que te brinda más opciones y más ‘reales’; no sólo es el avance a pasos agigantados de la ciencia y la tecnología que de un día para otro hace que todo cambie. No, no es eso.
“La enorme ventaja que tenemos los jóvenes de ahora sobre los jóvenes de antes, es que ahora sabemos que el único mundo que existe es el interior, y que aislarte en él, es lo mejor que te puede suceder para estar sano en tu mente, porque tu mente es lo único que tienes.
“Por ejemplo: si por obligación vas a una conferencia y no te interesa el tema, te pones tu chicharito en la oreja y escuchas tu música favorita o el audio que quieres. ¡A tu generación la castigaban si hacían eso ¡hasta los mandaban al psicólogo porque creían que algo andaba muy mal con ustedes! Tenían que socializar como obligaban las normas de ese tiempo. Eso caducó: la disciplina se creas por lo que te gusta, nadie tiene derecho a imponerte lo que les gusta a ellos. ¡Hay pinche–mil–millones de opciones y las descubres tú sola!
“Pero para ya no echarte un choro mareador como los que me echa mi mamá, te digo: antes no era sano refugiarte en tu mente para pensar cosas que te hacen feliz y evadir lo que no te gusta. Ahora, tía, lo más sano del mundo es refugiarte en tu mente con cosas que te gusten, cosas padres, cosas lindas, con pensamientos de que todo está bien, porque así logras lo único importante que cuenta en la vida que es sentirte bien, sentirte feliz, estar alegre.
“Esa es la más importante ventaja que tenemos nosotros sobre ustedes desde niños. Ustedes pueden lograrlo si desaprendes para volver a aprender. Así que tía, cuando no tengas a dónde voltear no te sientas culpable por refugiarte en el mundo interior que tú creas para ti misma de cosas que te hacen feliz y te hacen sentir alegre. ¡Saca todas las reglas sociales afuera, que se queden donde pertenecen: allá afuera! Que no te importe que te crean loca o lunática. Sé que a ti siempre te valió y seguiste a tu corazón, ¡pues ahora hazlo más, con mi técnica: sin juzgarte!.”