Viernes, abril 19, 2024

Competir en Tokio 2020, desafío de Luis Enrique

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“Mi mayor desafío es llegar a los Juegos Panamericanos y en 2020 a los Paralímpicos de Tokio”, decreta  Luis Enrique Campos, porque no tiene límites para mantener sus metas y objetivos claros.

El Premio Estatal del Deporte 2017, de 27 años de edad, es orgullo e inspiración en la disciplina para–taekwondo.

“Llevo dos años y medio practicando esta disciplina. Empecé a practicarlo con un amigo, en su casa”, confía a La Jornada de Oriente.

Recién recibido su galardón, en Palacio de Gobierno, el atleta accede a una serie de entrevistas con los medios de comunicación, acompañado de su esposa e hijo.

–¿Qué te motivó a practicar esta disciplina?

–Mi mayor motivación es mi hijo, mi esposa y mi demás familia para salir adelante.

Anteriormente trabajaba en una empresa productora de refrescos, pero hace seis años sufrió un accidente.

“Estaba en el campo ayudando a mi suegro. Caí en un molino, perdí ambos brazos y sufrí lesiones en el cuerpo, en la boca, en el rostro”, expone.

A partir de entonces y en el transcurso de la recuperación, la cual fue lenta, se incorporó poco a poco al deporte.

Determinó adentrarse a esta disciplina para mejorar su calidad de vida.

“Gracias a dios que me ha dado la oportunidad de seguir practicando el deporte y estar con mi familia”, subraya.

Para Luis Enrique no hay límites hacia el alcance de sus metas y objetivos claros.

Quiere ser ejemplo para su hijo de 6 años de edad. “Él es mi orgullo”, enfatiza.

–¿Cuáles son tus planes en el corto plazo?

–Mi meta es llegar a los Juegos Panamericanos y en 2020 a los Paralímpicos de Tokio, sentencia el tlaxcalteca originario del municipio de Tetla de la Solidaridad.

“Ese es mi mayor desafío y primero dios lo voy a lograr”, remarca.

Destaca que su discapacidad ha sido su principal obstáculo.

“El equilibrio es un factor muy fundamental  para esta disciplina y la resistencia; son los que se me complicaron, pero los estamos superando”.

Se prepara tanto física como mentalmente.

“De hecho –indica–, practico dos horas y media todos los días; antes de eso trato de relajar mi cuerpo para llegar concentrado al entrenamiento”.

El adiestramiento consiste en resistencia, combate y en técnica–táctica.

En esta clasificación de para–taekwondo no hay más competidores tlaxcaltecas.

“Estoy rankeado mundialmente en el tercer lugar en mi categoría K41. Apenas me estoy dando a conocer en este deporte que se está explotando en este año (2017)”, precisa Luis Enrique.

“Pero primero dios –añade– sí vamos a ser un orgullo para México”.

En 2017 también obtuvo el primer lugar en una competencia efectuada en Costa Rica y destacó en un pequeño combate en el Estado de México.

Desde hace más de un año es entrenado por Reynaldo Reséndiz, profesor cubano que  prepara a mexicanos como parte de un convenio entre ambos países.

Asimismo, ese instructor prepara a su hijo en taekwondo, quien ya consiguió la cinta naranja avanzada. “Él iba a mis entrenamientos y los veía como atracción, como diversión y ya tiene un año practicando”, resalta.

–¿Te gustaría ser entrenador?

–Sí, primero quiero cumplir los objetivos y luego ser un entrenador, mantener la disciplina y enseñarla tanto a pequeños como a cualquier persona que quiera integrarse.

En un día normal, Luis Enrique pasa la mayor parte del tiempo al lado de su familia.

“Tenemos un pequeño negocio que es atendido por nosotros y mis padres. Queremos que crezca”, externa.

El ya reconocido atleta expresa que no hay ningún límite en la vida de las personas. “Ninguna barrera, la única somos nosotros, hay que seguir echándole ganas, esforzarnos para tener metas claras y alcanzarlas”.

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