Al parecer, al Frente Ciudadano por México (FCM) perpetrado por el PAN para frenar y maniatar la insurgencia ciudadana prevista para 2018, al que se sumaron dóciles el PRD y el Partido Movimiento Ciudadano, ya se le hizo bolas el barniz. El problema es que esa alianza entre las cúpulas de los partidos tenía cinco posibles candidatos a la presidencia de la República y sólo hay una vacante. Pero como al parecer la decisión de quien será su candidato ya está tomada en favor de Ricardo Anaya, dirigente nacional del PAN, ha dejado colgados de la brocha a la sobrevaluada Margarita Zavala, quien aspira a continuar el proyecto de su marido, Felipe Calderón, y se ha obsesionado con ser candidata, aunque sea a la presidencia; a Miguel Ángel Mancera, oscuro jefe de gobierno de la capital del país, que nada más de verlo da flojera; a Rafael Moreno Valle, ex gobernador de Puebla (no olvidarlo, por el PRI–PRD) y también a Silvano Aureoles, gobernador del PRI–PRD en Michoacán, quienes también suspiraban por esa candidatura. Les queda la opción de la candidatura sin partido, a la que ya accedió Margarita Zavala, quien renunció al PAN y, mágicamente, se convirtió en “independiente”; Mancera, desconsolado, no da color y su futuro político es bastante incierto dado el lodazal urbano expuesto por los terremotos en la ciudad de México. Por su parte, Moreno Valle y Aureoles se quedan en sus respectivos partidos y en el Frente, exigiendo que la selección del candidato sea mediante consulta directa, propuesta demasiado democrática para un oportunista Frente formado sólo para detener a López Obrador y hacer competitivo a un PRI que, ni siquiera ofreciendo el “oro y el moro” para la reconstrucción y manipulando la ayuda a los damnificados por los huracanes y terremotos, ha podido repuntar en el aprecio ciudadano.
Pero eso no es todo. El FCM, dicen los enterados, le anda hablando al oído a Ricardo Monreal para ver si de veras es tan ambicioso como todo mundo cree y acepta ser su candidato a gobernar la Ciudad de México, lo cual mataría las ilusiones de Alejandra Barrales, quien se soñaba mancuerna de Mancera (éste en la Presidencia y ella en la Ciudad de México), y ahora se han quedado sin nada, aunque los sostiene su rencor contra AMLO. Finalmente, Anaya resultó más listo que los frentistas y los chamaqueó feo. Sin embargo, Barrales tiene aún la posibilidad de ir a llorar su desdicha a su departamentito de Miami. Finalmente, el MC, cuyo dueño absoluto es Dante Delgado, no se mete en líos y se conforma con que el Frente le deje la candidatura al gobierno de Jalisco a Enrique Alfaro, quien es presidente municipal de Guadalajara.
En fin, hoy vale preguntarnos: ¿qué sentido tiene formar un Frente para sacar al PRI de Los Pinos y meter al PAN, al que ya conocimos durante aquella docena trágica? Esos dos gobiernos panistas, son experiencias tan amargas como las de los setenta años de priismo, donde la democracia era recurso retórico de quienes, con sus acciones, la negaban.