Sábado, abril 20, 2024

Con un documental, la cantautora Aletya Serrano dignifica la labor del creador callejero

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“Prohibido ganarse la vida en las calles del Centro Histórico de Puebla”, anuncia una voz en off mientras la cámara enfoca senderos reconocibles del primer cuadro de la ciudad, ampliamente ocupado no solo por transeúntes nocturnos, sino por músicos que a la espalda llevan su guitarra.

Ellos, dice aquella voz, que no es otra sino de la cantautora Aletya Serrano, son los músicos que más allá de los académicos que prefieren el hueso o aquellos que laboran dando clases o se dedican a otras profesiones, son los artistas que “hacen las cosas por amor”.

Las hacen por amor –continuó–, porque lo mismo músicos que teatreros, cantantes, bailarines, poetas, performanceros o lectores en voz alta, ejercen una vida digna que vale la pena ser nombrada y renombrada: ser artistas callejeros.

Aquella afirmación es el hilo conductor del micro documental de La vida indie en el poblanishment, con el que la cantautora Aletya Serrano denuncia y rechaza el llamado programa de Artistas urbanos, con el que el ayuntamiento de Puebla a través del Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla pretende normar la labor de los creadores urbanos de la ciudad.

indieEn este documental, de poco más de 10 minutos, la cantante y compositora retrata una noche habitual del intérprete de guitarra José Alberto Cruz, un autodidacta que noche a noche visita bares, cafés y aceras del Centro Histórico de la capital para interpretar algunas canciones y esperar a que los oyentes retribuyan su trabajo con algunas monedas.
Cámara en mano, Aletya Serrano acompaña a Beto Cruz –como es más conocido– en sus andanzas: lo mismo en los primeros momentos de una salida nocturna en donde su paso es indefinido, hasta entrada la madrugada cuando el guitarrista toca algunos arreglos flamencos de canciones populares en pequeños foros y ante públicos también pequeños.

Además de mostrar su música, el guitarrista deja en claro cuánto es lo que monetariamente obtiene por cada noche que sale a interpretar su música: comúnmente entre 10 y 20 pesos, aunque hay sus excepciones como lo fue aquella vez que logró contar hasta 500 pesos.

En el micro documental no solo la figura de Beto Cruz es protagonista, lo es también la crítica que Aletya Serrano hace al programa con el que artistas urbanos tendrán que hacer una prueba ante el IMACP para que sea este instituto quien evalúe su trabajo y le dé un permiso, con el que podrá ocupar alguno de los 12 espacios restringidos en horario y geografía.

Para la artista nominada a los premios Indie por mejor Disco Pop en 2013 por su disco “Aldea Imaginaria”, en el caso del programa Artistas de urbanos el gobierno trabaja como un agente inspector del arte callejero, posición desde la cual intenta poner precio a la labor de los creadores para que ellos paguen por “una especie de piso”.

Dicha acción, agregó durante la presentación del documental que contó con el apoyo de Elentric y Fuego Films, es una acción que para el gobierno municipal es legal, pero que para los artistas como Beto Cruz, otros 50 artistas nocturnos o ella misma, es un programa con el que se privatiza la calle.

El programa de Artistas urbanos, afirmó Serrano, atenta contra la libertad de ideas y al entrar en vigor sabemos que será una ley inverosímil para quien anda en la calle, porque no se le puede quitar. “Rolando voy, rolando vivo, decimos”, concluyó la intérprete.

La creación como resistencia

Para Itzell Sánchez, una de las artistas que ha rechazado el programa de Artistas urbanos del ayuntamiento de Puebla, consideró que el micro documental La vida indie en el poblanishment, de la cantautora Aletya Serrano, es un ejemplo de la manera en que los creadores de la ciudad pueden producir como forma de resistencia.

Proyectos como este, dijo la artista y activista, demuestran la capacidad de respuesta y la riqueza artística que se puede generar en torno a un problema a partir de las redes de colaboración. “Si la ley es derogada o no, sabemos que no es algo que nos defina. Para nosotros es una provocación: todos podemos crecer y responder creativamente”, afirmó la miembro fundador del colectivo Acción Directiva Autogestiva.

Añadió que la actual problemática también es una invitación a pensar en cómo las políticas gentrificadoras –para vaciar el Centro Histórico de su población original– atentan contra los ciudadanos: “es justo entonces defender el espacio público, y pensar entonces al zócalo como un espacio político y su defensa como una defensa en común”.

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