Como epidemiólogo, la valoración y trascendencia de estrategias en la aplicación de vacunas constituye una responsabilidad fundamental cuyo abordaje es complicado. Con mucha frecuencia me preguntan sobre el beneficio que condiciona la aplicación de la vacuna para el Virus Papiloma Humano (VPH) y siempre he planteado que no protege totalmente contra todas las variantes de virus que pueden provocar una infección; pero debido a que disminuye en una forma particularmente importante la inoculación por los agentes que inducen cáncer, en efecto vale la pena aplicar esquema de vacunación, en la forma planteada por la Secretaría de Salud en México.
Pero ayer revisaba el portal de actualización médica llamado “Medscape” cuando encontré un artículo particularmente interesante que publicó la doctora Roxana Tabakman el 11 de julio de este 2017 y que lleva por título: El fracaso de la aplicación de la vacuna contra el virus del papiloma humano en Latinoamérica (1).
Existe un temor generalizado ante los efectos secundarios que se han asociado con la aplicación de la vacuna y si bien, se trata de experiencias muy poco frecuentes que no se pueden considerar como una evidencia determinante desde el punto de vista estadístico, ante la duda, lo más fácil es rechazar la recomendación, como sucedió en Japón en el año 2015 (2).
En Latinoamérica, Colombia representa el país en el que se disminuyó en la forma más dramática la frecuencia de inmunización. En 2013 ocupaba el segundo lugar a nivel mundial, solamente superado por Australia, con una frecuencia de vacunación en la población a la que se enfocaba de 97.5%; sin embargo, a finales de 2014 la tasa de vacunación apenas fue de 20.4%. En México, la primera dosis alcanzó 85% de cobertura, pero la segunda bajó hasta un 67%.
Este fenómeno ha sido mundial y resalta en una forma particularmente interesante, la desconfianza de los médicos ante un problema más frecuente de lo imaginado y sobre todo, la falta de información que gira en torno a la baja incidencia de efectos secundarios provocada por la vacunación. Nuestra región de América Latina tiene por año 70 mil nuevos casos de cáncer cervicouterino y de acuerdo al comportamiento epidemiológico de la infección por VPH, se estima que para el año 2030, esta cifra se elevará hasta los 110 mil. Por esta razón, la Organización Mundial de la Salud (OMS) el pasado 12 de mayo, planteó que la recomendación de vacunar a las niñas antes de que inicien su vida sexual activa, debe ser prioritaria.
Existe un organismo dedicado a valorar la seguridad de las vacunas dependiente de la OMS y que se conoce como GACVS por las siglas de: Global Advisory Committee on Vaccine Safety. El estudio más importante que resalta el beneficio de la inmunización es francés, con un seguimiento de más de 2 millones de niñas, en el que se demuestra solamente un riesgo de desarrollar un síndrome denominado de Guillain–Barré, caracterizado por una parálisis con inicio en los pies y gradualmente afectando las partes superiores del organismo (parálisis ascendente) y que se manifestó en 1 caso por cada 100 mil aplicaciones de vacunas. Como este problema se puede ocasionar ante infecciones por microbios como los que causan Influenza; algunas infecciones intestinales; neumonía por Mycoplasma pneumoniae; Herpes simplex y Mononucleosis infecciosa producida por el virus de Epstein Barr (VEB), entre otros factores, la vacunación ofrece más ventajas que perjuicios.
Existen dudas sobre otros efectos secundarios como el Síndrome de Dolor Regional Complejo (SDRC) y el síndrome de Taquicardia Postural Ortostática (STPO), que aparecieron en algunos casos después de la inmunización; pero no se ha podido establecer puntualmente la frecuencia como para descalificar a las vacunas. Esto refleja un pobre conocimiento en los médicos sobre las enfermedades que puede ocasionar el VPH; la ignorancia sobre los informes de la OMS relacionados con la baja incidencia de efectos secundarios; una serie de barreras culturales que rechazan la idea de sexualidad a etapas muy tempranas en las niñas; el tabú en la discusión de temas sexuales y la muy baja realización de estudios de Papanicolaou que auxilian a detectar tempranamente los casos de cáncer cervicouterino.
Por estas razones es muy importante promover esta medida preventiva, revisando los perfiles de seguridad que se publican a través de las instituciones de salud y entender que a lo largo de la historia, las vacunas han tenido infinitamente más ventajas que inconvenientes, hablando en términos de la salud universal.
Referencias:
- http://espanol.medscape.com/verarticulo/5901651_print
- GACVS Safety of HPV vaccines. Extract from report of GACVS meeting of 23
December 2015, published in the WHO Weekly Epidemiological Record of 22 January 2016 http://www.who.int/vaccine_safety/committee/topics/hpv/Dec_2015/en/
Comentarios: [email protected]