Ayer tres colgados
Con las cabezas mirando al cielo lluvioso
Hoy seis decapitados
Sus cuerpos en bolsas negras
O a la ávida intemperie de los buitres
Y cuántos más perdidos en fosas
Trozos deseando darnos una seña
¡Cuántas mutilaciones!
¿Y los ejecutados, los incendiados
Y las vidas disueltas en aceite?
Pero el horror más doloroso
Es un pueblo desplazado al desierto
Del silencio
Sin voluntad de aullar o defenderse
Pero el terror
Es la contabilidad ordinaria que los noticieros
Acumulan como datos del estado del tiempo
El día de hoy seguirá la onda cálida de la muerte,
Persistirán los ríos de sangre en el corazón de la nación
O como flujos en la bolsa de los sin valores
Subió medio punto el índice de masacres
Se mantienen al alza los precios a los derivados
De la paramilitarización en los territorios
A un mando militar no le gusta esta mañana
Aparecer pálido y ojeroso doblando la cerviz
Ante el comandante del país vecino
Pide el nombre del fotógrafo del rotativo
Quiere saber por qué imprimieron esa foto
Ordena un estate quieto
A los de aquella redacción
Le apena imaginar
Que sus hijos en Miami la vean asustados
Revolcada miles de veces por las redes
¿Quién lanza ese terror digital contra las instituciones?
Horror es allanar el recinto de la flor amarilla
Para que la noche tormentosa crezca sobre la tierra
Terror es que el crimen ocupe las líneas de salida
De este imposible poema
Pero queda una hormiga rabiosa hendiendo el cerco
Fragua versos listos a abatir a los verdugos
Ya avanza con sus brigadas de catorce sílabas:
No percibes la luz, porque se avecina el alba.