Apaga la cerilla
y queda el resplandor de tu silueta,
aspirando el perfil de la noche
que avanza y nos hiere.
Habitamos el silencio
que nos desdice el hoy
y el hasta pronto,
aunque no puede disipar el fue.
Si no hay esperanza,
¿qué mueve la respiración
al ritmo de una samba triste?
¿Qué llevan nuestros ojos que calcinan todo?
¿Volveremos a vernos
cuando enciendas la próxima lucerna?
Aspiramos… dale aire a nuestro fuego, silueta.
Enciende un escandalar de estrellas en la noche.