A la llegada de Rafael Moreno Valle a la gubernatura de Puebla, los crímenes han estado a la orden del día. Es cierto que él aparentemente ya no gobierna, pero Tony Gali es de su equipo y el secretario general de gobierno, Diódoro Carrasco, continúa ateniendo las indicaciones de quien lo puso en el cargo: Rafael.
Decenas de presos políticos, asesinatos incluso de niños, invasión de predios para obras que beneficien a grandes empresas transnacionales- el caso Audi como el ejemplo más desastroso-, feminicidios al alza y asaltos en vehículos colectivos son lo común en un estado que parecía en calma hace años, no obstante que en la entidad fueron aprehendidos o transitaban varios narcotraficantes famosos.
Pero las ambiciones de Rafael y su obcecación de ser candidato panista en el 2018 desquiciaron todo. Ya que se hicieron obras faraónicas al por mayor, algunas incluso han tenido que demolerse- como varios tramos de la ciclovía- y otras más son de una inutilidad evidente: el trenecito en Cholula, por ejemplo.
La inversión, oculta hasta ahora, dejará con un presupuesto raquítico a la entidad, ya que todo está etiquetado por varios lustros a las financieras que prestaron con grandes intereses. Pero además, hay un derroche de lo apantallante, prueba de ello es el famoso libro de Moreno Valle que se promociona por todo el país a nombre de la editorial Miguel Ángel Porrúa, el cual resultó un fracaso de ventas y ahora se regala en línea. Todo para intentar presentar a quien anuncia espejitos en pleno siglo XXI.
El 29 de junio un grupo mató a Meztli Sarabia Reyna, hija de Rubén Sarabia, conocido popularmente como Simitrio, el cual está en prisión domiciliaria. Los sicarios tiraron una credencial militar y amenazaron al líder de la Unión 28 de octubre de liquidarlo prontamente. Las autoridades dicen, faltaba más, es un asunto de drogas.
La muerte en Puebla tiene permiso, como decía Edmundo Valadés. Exijamos que el morenismo no continúe haciendo de las suyas.
@jamelendez44