El Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) de la planta de Audi en Puebla es igual de leonino al que impuso la Confederación de Trabajadores de México (CTM) en la fábrica de motores de Volkswagen en Silao, Guanajuato.
El especialista en sindicalismo automotriz, Huberto Juárez Núñez afirmó que las semejanzas entre ambos convenios son estrechas, porqué el gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas buscaba que el CCT de la planta de Audi se quedará en poder de la CTM.
Precisó que el Secretario General del Comité Ejecutivo Nacional de la CTM, Carlos Aceves del Olmo presionó mucho para que el contrato de Audi se quedará con su gremio, y para ello tuvo el apoyo Javier Lozano Alarcón y de Moreno Valle que buscaba lo mismo por una cuestión política.
Y aunque finalmente el CCT de Audi quedó en manos del Sindicato Independiente de la empresa Volkswagen de México (Sitiavw), agregó Núñez, algunas clausulas son similares.
El profesor investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) detalló que ambos acuerdos de trabajo contemplan prácticamente los mismos tabuladores salariales, la figura del banco de horas y prácticamente la desaparición de un Comité Ejecutivo sindical, para que la representatividad recaiga sobre una sola persona.
El investigador destacó el caso del banco de horas que se estableció de manera formal en Volkswagen Silao y después en Audi, y con esta figura los trabajadores reciben el pago de horas extras como si fuera un pago regular.
Al ofrecer la ponencia ‘La industria del automóvil en México, transformaciones de las relaciones laborales’ Juárez Núñez afirmó que los contratos vigentes de las empresas automotrices alemanas dan cuenta de que las empresas trasnacionales buscan someter a la mano de obra mexicana.
Resaltó los casos de las automotrices Ford, General Motors y Kia, en los cuales los sindicatos son, prácticamente, figuras decorativas.
En ese sentido, el académico de la UAP resaltó, en primer lugar, la defensa sindical de los trabajadores de la planta de Nissan en Cuernavaca y después de la planta de Volkswagen en Puebla, en donde los gremios son tomados en cuenta por la parte patronal para, casi, cualquier tipo de modificación.