El equipo profesional de futbol Lobos de la Universidad Autónoma de Puebla se coronó este fin de semana como campeón del Ascenso MX, con lo cual ha ingresado a Liga MX, el máximo circuito del balompié nacional.
La noticia puede resultar irrelevante para quien no es aficionado a los deportes o al futbol en específico, pero la verdad es que más allá del ámbito meramente competitivo, viene a dar una suerte de oxígeno en el marasmo de malas nuevas que, por desgracia, diariamente inundan los espacios informativos de México y Puebla.
En efecto, todos los días se da cuenta de actos ya no solo violentos sino completamente sanguinarios y zafios por parte del crimen organizado o la delincuencia común, que van complementados con la impunidad y el cinismo de la clase política, que exhibe, esa sí, una insensibilidad frívola y oprobiosa.
Por supuesto que no se puede decir que el triunfo de un equipo local cambié la realidad apabullante, pero sí es cierto que le da a la gente un respiro, sobre todo porque se trata de un equipo generado y patrocinado por la Máxima Casa de Estudios, seguramente la institución no solo educativa sino a nivel público que más respeto y confianza provoca a los poblanos.
Es así que ahora es de esperarse que, afuera de la cancha, los intereses políticos y económicos que suelen codiciar los dividendos de estas victorias, sean marginados y que se conserve y cuide al equipo para que, más allá de su ámbito directo de influencia, pueda generar satisfacciones en una realidad que cada