Jueves, abril 25, 2024

Genocidio e indiferencia

Recientemente visité el Museo de la Memoria y la Tolerancia en la Ciudad de México y decidí escribir sobre el recinto pues me causó un hondo impacto. Por lo mismo, me cuesta trabajo articular el presente texto pues hay mucho qué decir y mucho que se quedará en el tintero. Primero que nada, el museo presenta diversos genocidios perpetrados en los siglos XX y XXI, como el Holocausto Nazi, Camboya, Guatemala, la Ex Yugoslavia, Armenia, Ruanda y Darfur. Cualquiera que tenga información sobre estos sucesos, previo a su visita al museo, entiende perfectamente lo que habrá de ver y se encuentra motivado a priori para acudir; quien no tenga datos, bueno, los tendrá y de una manera chocante, sorprendente. Vale la pena decir en este espacio que si no se sabe nada del Holocausto Nazi o es que se es muy niño o se es omiso a la información, cosa verdaderamente terrible. Más adelante volveré a este punto. Uno de los atributos principales del lugar es la museografía, es simplemente estupenda, pues logra que el visitante pueda sentirse inmerso en barracas, oprimido en un vagón usado en Polonia para trasladar judíos y prisioneros varios a los campos de trabajo y de exterminio, o acompañar con imágenes, ropa y objetos, el trance de los prisioneros en estos campos previo a su muerte. El juego de luces con el diseño de los espacios y la información son más que pertinentes para lograr el efecto. Como es de esperarse, buena parte del museo se centra en el Holocausto Nazi por su magnitud y relevancia: fue perpetrado por una de las naciones europeas representantes de la modernidad, el desarrollo y el conocimiento; empero, todo ello fue dirigido para la elaboración de las monstruosidades que se observaron en los miles de campos repartidos en Alemania y en los territorios ocupados por los nazis durante la guerra. De igual manera, previo a los campos, la eutanasia a personas con alguna discapacidad, la esterilización de las mismas, la persecución de la homosexualidad, en fin, todo aquello que representara una desviación genética, discurso central del nazismo como ideología. La eliminación sistemática del otro por su supuesta inferioridad, sustentada en estudios pseudocientíficos y avalada por un sistema legal creado ex profeso. Todo ello por científicos y juristas de primer nivel, empero tocados por la necedad de esa y muchas otras épocas –incluso hoy día.

En los otros genocidios, como el de Ruanda, el de Camboya, el de Guatemala, también se trató de la eliminación del otro por cuestiones raciales, étnicas, religiosas y políticas. Millones de personas torturadas, violadas, asesinadas brutalmente por regímenes perniciosos, fanatismos religiosos o turbas impulsadas por espurias identidades soportadas por la pureza de raza. ¡Millones de personas! Se dice fácil, pero imaginémoslos todos juntos apilados uno sobre otro. El museo, por tanto, es una cruda llamada de atención sobre la funesta capacidad que tiene el ser humano de depredar a su próximo. Quedé profundamente impactado por la experiencia; empero, he de decir que tengo muchos años de conocer el concepto de genocidio y sus implicaciones, pues desde que estaba en la primaria conocí sobre el Holocausto Nazi, las purgas en el cono sur por parte de los gobiernos dictatoriales de Argentina y Chile y la guerra sucia contra las guerrillas en Nicaragua y El Salvador. De niño veía una serie sobre los campos de concentración llamada Holocausto, lo que me permitió adentrarme al tema. Así y todo, la sorpresa me esperaba en cada sala; los testimonios de los sobrevivientes, el relato de procedimientos y abusos, en fin, la constatación de la deshumanización total.

Pese a ello, pese a que el corazón se nos estruja a momentos o a que las lágrimas asomen en más de una ocasión, lo que más me sorprendió no fue eso, sino la penetrante indiferencia de muchos de los visitantes al museo. El espacio estaba a reventar, desde turistas y curiosos, hasta los grupos escolares que son llevados por maestros que buscan contagiar algo de consciencia a sus pupilos. No obstante, pocos de ellos mostraban afectación; muchos reían en las salas y hacían chistes de las imágenes que veían… lo más insultante, empero, fue ver que varios visitantes se tomaban fotos o “selfies” frente al vagón que comenté, ese donde se transportaron seres humanos a los campos de la muerte. ¿Cómo es posible que alguien pueda disociarse tanto de lo que esté viendo como para realizar semejante acción?, es como si se tomara la “selfie” en cualquier monumento en una plaza pública. ¡Y hasta sonreían! Francamente indignante. Ignoro si la risa y la estupidez son utilizadas en esos momentos como mecanismo de defensa, o si esas personas son simplemente estúpidas, pero el hecho me pareció alarmante. Es decir, ¿qué se necesita mostrar o hacer para que el ser humano esté consciente de su propia capacidad destructiva? O ¿es acaso que, por desgracia, ha asumido ya su rol como destructor de su propia especie y ya no importe nada? Como sea, me sentí indignado por lo que estaba viendo. Lo que me hace pensar, es que poco hemos avanzado desde esos momentos y que esos genocidios se repiten en el presente y se seguirán sucediendo uno a uno sin que a nadie le importe un pepino. La indiferencia ante estos horrores, produce indefectiblemente su repetición. Terrible.

Temas

Más noticias

Solo 40 por ciento de interesados en sumarse al Ejército son mujeres: reclutadores

Del total de personas en Tlaxcala que han mostrado interés en sumarse a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), solo el 40 por...

Investigador estudia la imagen que el cine ha construido de los arqueólogos

Cine y arqueología se conjuntan en el libro Arqueólogos de pantalla. Noventa miradas cinematográficas al quehacer arqueológico de Luis Alberto López Wario, quien estudia...

Últimas

Últimas

Relacionadas

PT postula como alcalde a cacique de Eloxochitlán, acusado de intimidar morenistas

En Eloxochitlán, uno de los municipios más pobres del estado, los partidos aliados Morena y PT son rivales, por la decisión del segundo de...

Ya iniciaron las obras para remodelar avenidas y ampliar banquetas en el Barrio de Santiago: Domínguez

Hace dos semanas iniciaron obras de remodelación y ampliación de banquetas en las avenidas 9, 11, 13, 15, 19, 17 Poniente, así como en...

Investigador estudia la imagen que el cine ha construido de los arqueólogos

Cine y arqueología se conjuntan en el libro Arqueólogos de pantalla. Noventa miradas cinematográficas al quehacer arqueológico de Luis Alberto López Wario, quien estudia...

Más noticias

Solo 40 por ciento de interesados en sumarse al Ejército son mujeres: reclutadores

Del total de personas en Tlaxcala que han mostrado interés en sumarse a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), solo el 40 por...

Investigador estudia la imagen que el cine ha construido de los arqueólogos

Cine y arqueología se conjuntan en el libro Arqueólogos de pantalla. Noventa miradas cinematográficas al quehacer arqueológico de Luis Alberto López Wario, quien estudia...

Rehabilitan espacios de la Fundación de la UATx

Serafín Ortiz Ortiz, rector de la máxima casa de estudios de la entidad, encabezó la inauguración de la Sala de Juntas y la fachada...