Los funcionarios del Instituto Electoral del Estado (IEE) que tendrán a su cargo la organización de los comicios del próximo año en Puebla ocultan su situación patrimonial, ya que se negaron a hacer públicas las declaraciones que han presentado en la materia o simplemente no han cumplido con ese ejercicio de rendición de cuentas. Lo anterior consta en la página de internet que habilitó el organismo este mes para atender sus nuevas obligaciones de transparencia.
Por desgracia, este tipo de noticias no causan ya sorpresa, pues los escándalos, omisiones y abusos o ilegalidades que deliberadamente cometen las autoridades comiciales son frecuentes.
Lo peor de todo, como ya se ha insistido en este espacio, es que el principal baluarte que tienen las instituciones responsables de la organización de las elecciones y su legalidad, es precisamente la confianza que la sociedad a la que deben servir les brinda, pero en el caso del IEE no parece haber la menor intención de granjearse ese crédito.
Si en un asunto de transparencia que es obligado por la ley el IEE es omiso, no se puede esperar que en otros de mucha mayor envergadura pueda haber una mejora en el comportamiento de sus integrantes.
De todas formas no resulta ingenuo ni ocioso llamar a las autoridades correspondientes a establecer las sanciones correspondientes por el desacato en el que han incurrido los funcionarios del Instituto Electoral del Estado de Puebla.