El cortometraje Elena y las sombras producido por el estudio de animación poblano Embryonic Producciones recibió una Diosa de Plata durante la entrega de premios otorgados por la Asociación de Periodistas Cinematográficos de México (Pecime) en su edición 2017, realizada en el Teatro Metropolitan de la Ciudad de México.
El galardón fue recibido a nombre de todo el equipo por el director del cortometraje César Cepeda, quien expresó su satisfacción por los avances técnicos y visuales de los proyectos animados en el país.
El premio otorgado por la asociación Pecime, se suma al obtenido a finales del 2016, cuando “Elena y las sombras” ganó el Premio al Cortometraje Mexicano en Línea de la pasada edición del Festival Internacional de Cine de Morelia. Destaca que dicha producción se encuentra también entre la selección de cortometrajes que buscan la nominación a un “Ariel” y cuya lista será dada a conocer en los próximos días.
Elena y las sombras es la historia de Elena, una niña que se siente sola y aburrida hasta que a la vecindad donde vive llega un nuevo habitante: Félix, un niño que, desde su ceguera, le propone mundos y sensaciones distintas creadas a partir de la imaginación y la creatividad.
El filme, describió su director César Cepeda, es un “proyecto que habla de la esperanza, de la fe en el mundo, de la capacidad que tiene el hombre para resignificar su realidad para inventar”.
Durante una anterior entrevista, el director del cortometraje filmado en la técnica de Stop Motion –que consiste en fotografiar movimiento por movimiento a personajes tipo marioneta que “actúan” sobre una maqueta– explicó que este proyecto cinematográfico, desde su origen, comenzó a crecer a partir del impulso de varios amigos.
Cepeda dijo que uno de esos impulsos provino de la actriz, esteta y guionista Ana Lucero Troncoso, con quien también trabajó en el cortometraje animado Puebla, 1862, cubierta de gloria (2012), dedicado al 150 aniversario de la Batalla del 5 de mayo.
“Fue de las primeras en compartir su experiencia teatral y cinematográfica. Fue ella la que puso orden, debido a la experiencia que tiene con la ficción”, señaló Cepeda y recordó que el filme contó con el apoyo del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine).
Acotó que otra valiosa intervención fue la del cinefotógrafo César Salgado –de la productora Perro Negro– que le dio una “mirada de calidez e hizo que el proyecto fuera pensado para una pantalla cinematográfica, es decir, con un claro lenguaje cinematográfico, lo que hace sentirte dentro de la vecindad gracias a su imagen y a su sonido envolvente”.