El fotoperiodista Jesús Olguín Pascualli (Puebla, 3 de noviembre de 1951) deja constancia “de la pasión, la entrega, la búsqueda, la lucha” de las mujeres y los hombres que vivieron en esta ciudad entre las décadas 80 y 90 del siglo anterior y que, de manera importante, participaron en ciertos hechos sociales como las movilizaciones políticas, laborales y sindicales. Se trata, dijo el fundador del desaparecido periódico Novedades de Puebla, de “dejar algo positivo y para que las imágenes no se queden en el archivo”, acaso en su archivo personal.
En el marco de la Feria Nacional del Libro de la UAP, que concluyó este fin de semana, el fotorreportero con más de 50 años de trayectoria presentó su libro Puebla: crónica gráfica de los años 80 y 90 del siglo XX, el cual fue editado por la Dirección de Fomento Editorial de la misma universidad.
El desalojo de ejidatarios de San Andrés Cholula por parte del gobierno de Puebla en lo que hoy son los terrenos comerciales de alta plusvalía: Angelópolis; la retención que hicieron un grupo de hombres en Izúcar de Matamoros sobre el helicóptero del entonces gobernador Manuel Bartlett Díaz; el primer paso de Andrés Manuel López Obrador por las calles de la capital, como parte de una marcha de campesinos venidos de Tabasco; el hundimiento, en 1999, de una panga en el lago (sic) de Valsequillo que dejó como saldo nueve muertos; la pobreza extrema en colonias y juntas auxiliares de la capital que sigue latente y profunda; el triunfo del campeonato del equipo de futbol Puebla; las procesiones católicas y su regreso a las calles de la ciudad.
Particularmente, los turbulentos años de la vida universitaria cuando se perdió el contrato colectivo de trabajo del sindicato; las marchas y protestas de los obreros de la Volkswagen de Puebla en un momento de crisis sindical; y la persecución hacia la Unión Popular de Vendedores Ambulantes (UPVA) 28 de octubre, en especial sobre su dirigente Rafael Sarabia Sánchez alias Simitrio quien, en una nítida imagen, aparece tras las rejas en su primera aprensión, suscitada en 1989.
Todas estas son imágenes aparecidas en este volumen. Con ellas, y de manera especial con los últimos tres momentos aquí referidos, hacen que Puebla se coloque como “el laboratorio experimental a nivel nacional de la destrucción de los sindicatos”, como aseguró Jesús Olguín, fotógrafo quien actualmente labora para la página Al de Puebla.
Para él, son estos años momentos clave de la historia reciente de esta entidad que marcaron lo que ha sido el devenir de ciertas organizaciones, empresas e instituciones. “A la Volkswagen le destruyen el contrato colectivo, y sobre agrupaciones como la 28 de Octubre depositan rasgos de intolerancia y persecución, mismos que se conservan; los mismos que se reflejan en el Suntuap”, señaló el fotoperiodista durante la presentación. Puebla se convierte “en el laboratorio de destrucción de los sindicatos”, afirmó, porque después de lo hecho con la Volkswagen o la UPVA, “siguieron el IMSS, el ISSSTE, Telmex, Pemex o el SNTE, sindicatos a los cuales despedazaron para poner sus restos de colchón a las empresas extranjeras”.
“Para llegar a la Puebla de hoy hay que mirar el pasado. Entender que lo que en Angelópolis fue comprado por 10 pesos el metro cuadrado hoy cuesta 40 dólares, siendo esa una de las banderas del Tratado de Libre Comercio. Que aquí mataron a líderes y hubo quienes se quedaron sin casa. Eso es lo que motivó el libro: el dejar una constancia de lo que pasó, de la pasión, de la entrega, la búsqueda y la lucha, que se quede en algo positivo y no se queden las imágenes en el archivo”, concluyó Olguín Pascualli.