Los periodistas poblanos volvieron ayer a tomar el papel de protagonistas de la noticia y nuevamente protestaron, como suelen hacerlo las personas y organizaciones a cuyas actividades dan cobertura diariamente. Por desgracia, el motivo de esta nueva movilización es el mismo de los años recientes: las agresiones contra el gremio, una de las cuales cobró el jueves pasado la vida de Miroslava Breach Velducea, corresponsal de La Jornada en Chihuahua.
A convocatoria de esta casa editorial, decenas de reporteros, fotoperiodistas, camarógrafos, activistas, académicos y ciudadanos se congregaron al mediodía en el asta bandera del Zócalo de la Angelópolis.
El lugar ya era ocupado por simpatizantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y otras organizaciones que desde días antes habían llamado a un acto para exigir la presentación con vida de los 43 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, desaparecidos desde el 26 de septiembre de 2014.
Enteradas de que los informadores realizarían una protesta-manifestación, los activistas gentilmente les ofrecieron su espacio e incluso prestaron su equipo de sonido.
La movilización empezó casi puntual, cuando se desplegaron dos enormes carteles exigiendo el cese a las agresiones a periodistas y el esclarecimiento y castigo a quienes se confabularon para asesinar a Miroslava Breach.
Las reporteras de La Jornada de Oriente, Mónica Camacho, Paula Carrizosa y Yadira Llaven, quien iba acompañada de uno de sus hijos, así como Marisol Córdoba, de Ultra Sistema de Noticias, llevaban pancartas de colores también con consignas y avanzaron desde el centro de la plaza de armas a la zona de el asta bandera.
Ahí permanecieron las periodistas y el niño de pie durante todo el acto, mostrando los mensaje de indignación.
El primero en tomar la palabra fue Aurelio Fernández Fuentes, director de este medio, quien agradeció la presencia de los asistentes y recordó que la unidad del gremio es importante en estos momentos. De hecho, hizo un llamado para asistir el próximo miércoles a las 18:00 horas a la velada que ha convocado la Red de Periodistas de A Pie, a efectuarse afuera de entrada principal de Catedral y que forma parte de la movilización nacional escalonada en protesta por los periodistas asesinados.
Luego, Fernández dio lectura a “Los Peligros del Silencio”, la editorial publicada por La Jornada y destacó el pasaje en el que la casa editorial matriz afirma: “La larga lista de periodistas victimados en México (de otros medios, de otras orientaciones, con otras visiones, eso es lo de menos) se debe a la arbitrariedad de un poder sombrío, difícil de identificar con precisión a causa de su propia opacidad, pero cuyo objetivo parece ser una sociedad acrítica, medrosa, callada, pasiva frente a la iniquidad y el atropello”.
Luego, en entrevistas con varios colegas, el director de La Jornada de Oriente, advirtió que en Puebla hay un peligro inminente y que crece a pasos agigantados, no solo para el gremio periodístico, sino para la sociedad en general, por la actividad de las bandas dedicadas al robo de hidrocarburos de Petróleos Mexicanos (Pemex).
En seguida habló Marisol Córdoba, quien instó a sus colegas a unirse, a defenderse de todo tipo de ataques y a lograr cohesión no solo en estos momentos, sino en todas sus tareas profesionales. También pidió que los periodistas clamaran “¡justicia!” y así se le unieron muchos de los presentes, gritando con el brazo en alto.
Por último, Jorge Meléndez, de la Casa de los Derechos de Periodistas, advirtió que, en particular, el sexenio de Enrique Peña Nieto ha sido trágico para el oficio periodístico, pues son cientos los casos de agresiones y los homicidios contra informadores permanecen impunes.
Recordó que esa impunidad data de varios gobiernos atrás y recordó las investigaciones sobre el asesinato de Manuel Buendía, que hicieron por su cuenta un grupo de periodistas, pues las autoridades se negaban a indagar el crimen.
Los activistas, académicos y ciudadanos que acudieron al acto dieron muestras de solidaridad y para cerrar el breve acto, pronunciaron a los periodistas la proclama: “¡No están solos!”.