Se han cumplido ya dos años desde que escuchamos a Carmen Aristegui por última ocasión en la cadena MVS el 13 de marzo de 2015. Al día de hoy, está de regreso en un espacio propio usando las potencialidades del internet para aprovechar los alcances de la tecnología sin depender de una empresa que puede comprometer su línea editorial para privilegiar sus intereses económicos y políticos. Lo que hemos visto y escuchado a través de su página aristeguinoticias.com ha sido la paulatina adaptación a este nuevo formato, conservando la esencia de sus programas anteriores, con una consideración especial: el público. Así, se ha modificado la estructura del programa para dar como resultado una emisión en la que los usuarios pueden sólo tener el audio desde los dispositivos móviles y también se han incluido secciones nuevas como la participación del comediante Héctor Suárez. Aunque el acceso a internet no es aún generalizado, en este caso se ha convertido en un bastión para defender la libertad de expresión, que se vuelve tan necesaria en un país como el nuestro.
Otro ejemplo digno de mención en este mismo tenor podría ser el del portal Lado B, que desde hace tiempo ha realizado una buena labor periodística y autogestiva desde su plataforma en la web. Además de contar con colaboradores fijos y secciones bien definidas, han generado vínculos con personas y organizaciones afines que permiten desempeñar la labor periodística de investigación de una manera diferente. Los integrantes de esta agrupación han debido ajustarse a la realidad del contexto en el que los medios ya no pueden depender completamente de la publicidad y así han realizado una campaña de procuración de fondos con exitosos resultados, lo que les permite de momento cierta independencia y autonomía profesional en un entorno laboral cada vez más difícil para el ejercicio periodístico, en el que las quejas de quienes practican esta profesión, son frecuentes en temas de opacidad, corrupción, parcialidad y otras condiciones que minan el desempeño del trabajo. Lo que estamos presenciando es una adaptación en el funcionamiento de la sociedad y como consecuencia de los medios de información y las organizaciones de comunicación, que ahora privilegian la colaboración entre personas y el compartir que implica la colectividad para hacerle frente al panorama del país, en el que la violencia es una cuestión cotidiana y en el que la unión colectiva está paliando las deficiencias que un Estado corrupto no puede (y no quiere) atender; y en el que es deber de los ciudadanos defender en la medida de lo posible las condiciones que pueden propiciar una mejor calidad de vida.