Miércoles, abril 24, 2024

Edil de Atzitzintla vivía alejado del PRD, pero le está haciendo un daño brutal al partido

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Más allá de que si se prueba o no la pertenencia al crimen organizado de José Isaías Velázquez Reyes, el caso del edil de Atzitzintla es peculiar, ya que ganó el cargo bajo las siglas del PRD, pero en realidad era un personaje alejado de la vida institucional de ese partido, de las tribus perredistas y en general de todos los partidos. Sin embargo, su detención –por presuntamente proteger el robo de combustible– rebasó la capacidad de los dirigentes del sol azteca para enfrentar el escándalo y al mismo tiempo, se convirtió en un asunto que viene a acabar de dañar la maltrecha imagen de dicho instituto político.

El alejamiento de Isaías Velázquez del PRD era tan pronunciado, que fue hasta el viernes pasado cuando la dirigencia estatal perredista se enteró –por una llamada de la esposa del edil caído en desgracia– que había sido detenido el alcalde de Atzitzintla. Es decir, nadie del ayuntamiento pudo comunicar la crisis que se desató desde dos días antes por la muerte de tres agentes ministeriales que habrían sido levantados por policías de dicho municipio.

Y no es algo menor si se toma en cuenta que Atzitzintla es un bastión del PRD, ya que en las dos últimas décadas solamente una vez el partido había perdido una elección municipal. Ahí siempre triunfan los abanderados perredistas.

La mayoría de los dirigentes del PRD y los líderes de las tribus perredistas, hasta ayer por la noche, no sabían todavía cómo reaccionar ante lo ocurrido. La única persona que ha salido a denunciar supuestas anomalías en la detención del edil es la diputada local Socorro Quezada Tiempo. Los demás no se quieren involucrar en este asunto que es complicado y espinoso.

La dirigente estatal del PRD, Socorro Quezada, en rueda de prensa
La dirigente estatal del PRD, Socorro Quezada, sale en defensa del edil de Atzitzintla

Una muestra de ese vacío de atención en el PRD es el comportamiento de la presidente nacional del partido, Alejandra Barrales, quien no ha asumido una posición firme, clara, fundamentada, en este asunto, pese a que se está lucrando políticamente con dicho escándalo para acusar al partido del sol azteca de promover ayuntamientos criminales.

Barrales está más preocupada en cuidar la posible alianza del PRD con el PAN, rumbo a la elección presidencial de 2018, que en lugar de proteger la imagen del partido y analizar si un alcalde perredista defraudó la confianza de esta fuerza política o si está siendo violentado en sus derechos humanos con falsas acusaciones penales.

La historia de José Isaías Velázquez Reyes es la siguiente:

Hace aproximadamente 15 años este hombre se salió de las filas del PRI, que le negó el derecho de ser candidato a presidente municipal, y se pasó al PRD, partido que la dio el triunfo en los comicios locales. Su gobierno no fue malo, pero desde entonces mostró un alejamiento de las corrientes perredistas.

Al acabar su periodo se le dejó de ver en la vida activa del partido. En su primer gobierno se ganó la fama de haber sido un edil con una vida modesta y que no se había enriquecido.

En 2013 el entonces alcalde Arturo de Rosas quiso poner al siguiente candidato del PRD a edil de Atzitzintla, el cual fue un propósito que no se concretó por la reaparición de José Isaías Velázquez Reyes, quien buscó por segunda vez ser el abanderado perredista.

La entonces dirigencia estatal del PRD decidió resolver ese diferendo de la mejor manera: mandó a levantar una encuesta entre la población, dando por resultado que Velázquez Reyes era más aceptado por la ciudadanía, que el aspirante que promovía Arturo de Rosas. Se acató el resultado, se postuló al primero de ellos y ganó la elección constitucional de manera holgada.

Su gobierno siempre estuvo alejado de la dirigencia estatal del PRD. Pocas veces llegó a poner un pie en el partido. Hace un año le pidió apoyo a Socorro Quezada para exigirle el gobierno del estado la instalación de una base de la Policía Estatal en su municipio para enfrentar el crecimiento de la delincuencia, pero luego de que lo ignoraron en la administración morenovallista no insistió en su solicitud.

El año pasado los alcaldes del PRD se dividieron en dos grandes bloques: los traidores, que apoyaron la campaña electoral del PAN, y los que fueron leales al instituto del sol azteca, por lo que participaron en la campaña de la entonces candidata a la gubernatura, Roxana Luna.

Resulta que José Isaías Velázquez Reyes permaneció en medio. Ni traicionó ni se sumó a la campaña electoral del PRD. No participó con ningún candidato.

Al mismo tiempo, el edil de Atzitzintla de manera extraña recibía un trato cordial del gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas, ya que mientras a la mayoría de los ediles perredistas –que no apoyaron al PAN– les retuvieron fondos federales para obra pública, a Velázquez Reyes se los liberaron sin ejercer ningún tipo de presión o protesta.

Por esa misma razón nadie en el PRD sabe a ciencia cierta si era un alcalde alejado o vinculado al crimen organizado.

Si protegía o era victima de una policía municipal supuestamente coludida con el cártel de los zetas.

También se ignora si protegía o se hacía el desatendido del robo de combustible, de los secuestros y asaltos que ocurren en la región que gobernaba.

Al final el problema de fondo es que en el PRD muchas veces se postula a candidatos por el simple hecho de que tienen dinero para sus campañas y generan votos, sin observar su comportamiento social y su ética.

En el caso de José Isaías Velázquez Reyes no le gustaba pertenecer al PRD, pero le está haciendo un daño brutal a este partido.

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