Ante la declaración del secretario de Comercio de Estados Unidos (EU), Wilbur Ross, de que se podría recuperar el peso mexicano en caso de lograrse un acuerdo “sensato” del TLCAN, rápidamente respondió el mercado de divisas y el peso recibió un impulso. A raíz de dicha declaración el viernes 2 de marzo, el peso avanzó 44.90 centavos, lo que representó una recuperación de 2.25 por ciento en relación al día anterior.
Los agentes financieros que participan en el mercado de divisas, deducen de dichas declaraciones que podría darse una postura favorable por parte de dicho país en las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con México.
La declaración del Sr. Ross está bien pensada. Bien sabe que al gobierno mexicano le duele la devaluación del peso, por los efectos inflacionarios y el mayor costo de la deuda externa en términos de pesos que ello representa para el sector público y el sector privado que tienen fuertes deudas en dólares, y de ahí que haya señalado que si hay un acuerdo “sensato”, el peso se podría recuperar. Y a ellos por su parte, no les conviene que el peso esté muy devaluado, pues ello mejora la competitividad de México y reduce la capacidad del alza de aranceles a las importaciones que van a instrumentar para frenar el crecimiento de éstas hacia su país, por lo que se les dificulta más reducir la brecha comercial que tienen con nuestro país, así como impulsar la producción y el empleo en su país. De ahí que el Sr. Ross habla de un acuerdo “sensato” en las negociaciones comerciales con México. ¿Pero que significa acuerdo “sensato” para ellos? Lo sensato, lo han dicho, es reducir el déficit de comercio exterior que tienen con México, lo que implica obtener mejores ventajas en las negociaciones en dicho acuerdo comercial. Es decir, reducir sus importaciones provenientes de México (lo que implica caída de nuestras exportaciones a dicho país), así como aumento de sus exportaciones hacia México (que se traduciría en mayores importaciones nuestras provenientes de EU). Ello implicaría que México redujera el superávit que tiene con EU, lo que complicaría los problemas del sector externo, dado el alto déficit comercial que se tiene con China, con el resto de Asia, como con Europa, lo cual, más que recuperarse el peso, se devaluaría más, a fin de encarar el mayor déficit comercial total que pasaría a tener el país.
Ante ello surgiría la pregunta, ¿estarían ellos en una posición de no endurecer la negociación con México a fin de que no se agraven nuestros problemas económicos y en el sector externo y de que no se siga devaluando más el peso? No creo que ello se dé, debido al lema de Trum es “Estados Unidos Primero”. Ellos no están en la postura de ayudar al vecino. Lo han repetido en diversas ocasiones, de que se negoció mal el TLCAN por parte de ellos. De que resultaron perdedores frente a México, dado el déficit de comercio exterior que tienen. De ahí que tratarán de sacar el mayor número de ventajas en las renegociaciones del acuerdo comercial, y enfrentarán las contradicciones de mayor devaluación del peso que ello implicará para México al acentuarse nuestro déficit de comercio exterior. Además, la moneda nacional seguirá devaluándose pues no tiene sustento interno que reduzca el déficit de comercio exterior para estabilizarla. Tampoco se tienen asegurados flujos de capital que incrementen las reservas internacionales y financien el déficit de cuenta corriente de balanza de pagos, que es creciente también por la carga que representa el pago de la deuda externa incrementada. A ello se suma que la Reserva Federal (Fed) de EU seguirá aumentando la tasa de interés, lo que estimula la salida de capitales de México hacia los mercados financieros de dicho país, con la consecuente mayor devaluación del peso y ellos no frenarán el alza de la tasa de interés de la Fed para evitar la devaluación del peso y de las otras monedas de América Latina y más allá. El sistema económico capitalista siempre ha vivido con sus contradicciones. Así que aquellos que creen que el gobierno de Estados Unidos no endurecerá su postura en las renegociaciones del TLCAN, hacen una mala lectura. Ellos están por que regrese el mayor número de empresas estadounidenses a su país, así como reducir sus importaciones, aumentar su producción y sus exportaciones, y su dinámica económica y la generación de empleo y lo tratarán de lograr a costa de los vecinos y del resto de los países. El multilateralismo y la cooperación internacional no tiene cabida en el nuevo gobierno de Estados Unidos.