Miércoles, abril 24, 2024

Bufalada priista para ser vista y tomada en cuenta por López Obrador

Bufalada priista se alinea con López Obrador. En la construcción del PNR–PRM–PRI se institucionalizaron prácticas que se convirtieron en elementos identitarios. Cuando la decisión era tomada por un solo hombre. Una vez que se sabía el nombre. Los priistas estaban ahí para ser vistos, saludar al candidato y ser tomados en cuenta.

El concepto es tomado del texto de Belasco y Stayer “El vuelo del búfalo”. En él se apunta que “El búfalo americano se reúne en manadas. Hay un solo líder. Si el líder se lanza a un precipicio el resto de la manada también lo hará. Todos dependen de él para su dirección y guía. No pueden actuar de manera independiente. Sin él la manada se encuentra confusa y perdida”.

Augusto Gómez Villanueva refiere que “el presidente de la República en turno desde la composición de su gabinete va configurando un equipo que representa en su momento diversas corrientes políticas y generacionales… En el camino hay que medir capacidad y lealtad para enfrentar una mayor responsabilidad, encontrar en el acercamiento cotidiano quien posee la capacidad para enfrentar una mayor responsabilidad…” (Gómez, 2015:75).

A nivel local, las elecciones de la alternancia se transforman en una sucesión de cargadas. Una parte importante de los grupos políticos y medios de comunicación considera que por el rechazo que se percibe contra el gobierno del estado y el PRI, tienen ganada la gubernatura. Las campañas se convierten en una larga sucesión de adhesiones de la bufalada priista.

Muchos actores políticos individuales, en el discurso, destacan su preocupación por la ciudadanía. Pero sus decisiones están marcadas por la maximización de posibilidades para continuar en la vida política. O para incorporarse en puestos de primer nivel. La alternancia les muestra que es el camino para dejar de ser un pobre político.

La bufalada priista para apuntalar al PRD

En 1998 compiten por la gubernatura cuatro varones.  Jorge Moreno Durán (PAN), Joaquín Cisneros Fernández (PRI), Alfonso Abraham Sánchez Anaya (PRD, PT, PVEM) y Xavier Alfonso Sánchez Pérez (PDM). En la entidad se respiran aires de “democracia”. El gobierno del PRI había creado la plataforma para una verdadera competencia.

Moreno Durán se desempeña como vocal Ejecutivo del IFE. Desde esa posición privilegiada aprovecha la  información sobre comportamiento electoral. Visualiza la posibilidad de colarse y entra a la competencia. El candidato del PRI es Joaquín Cisneros Fernández. Un político formado en las entrañas de la Reforma Agraria en tiempos de Augusto Gómez Villanueva. Exitoso en su desempeño como presidente municipal.

Alfonso Sánchez Anaya utiliza la coyuntura para salirse del PRI y optar por sus primos hermanos del PRD, que se habían decantado originalmente por Vicente Saiz Tejero. Pero a la hora de definir intereses, optan por el PRI en la figura del sobrino de Sánchez Piedras, creando una mascarada de elección interna.

El último candidato fue el sinarquista Xavier Alfonso Sánchez Fernández que busca por la vía electoral el resurgimiento del movimiento más allá del municipio de Chiautempan y de las faldas del obispo.

La alternancia se produce con un priista converso. El PRD se hace de Palacio de Gobierno. De todos los candidatos que buscan el gobierno del estado, como Joaquín Cisneros, reciben como premio de consolación la senaduría por Tlaxcala en 2000 y Alfonso Sánchez Anaya en 2006.

La cargada del priismo empanizado

En 2004, compiten por la gubernatura dos hombres y una mujer. Héctor I. Ortiz Ortiz (PAN, PCD y PJS), Mariano González Zarur (PRI y PVEM) y María del Carmen Ramírez García (PRD). Héctor Ortiz desarrolla toda su vida política en el PRI, primero bajo el amparo de Vicente Juárez y después con Beatriz Paredes Rangel.

La experiencia y el espíritu del perredismo le permite aprovechar los aires de la alternancia y conjuntar un partido pequeño (PJS) y un acuerdo con el PAN por la vía de Santiago Creel. La división y el rechazo contra la decisión del gobernador por ubicar a su esposa como candidata provoca la coyuntura que les abre las puertas de Palacio de Gobierno.

Mariano González Zarur se había desempeñado como tesorero de Sánchez Piedras y escalado todas las posiciones de representación popular: presidente municipal, diputado, senador. Pero se le había negado toda posibilidad en dos ocasiones e insistió hasta ser aceptado, a regañadientes en 2004. Para su mala fortuna pierde la elección.

María del Carmen Ramírez aprovecha el peso del gobierno del estado. Alfonso Sánchez Anaya la convierte en senadora. Sin ninguna experiencia política le construye una imagen que le permite disputar la candidatura al gobierno del estado. Esta decisión divide al PRD al pretender ser una experiencia anticipada de las parejas presidencial y gubernamental.

El PAN llega a Palacio de Gobierno. Héctor Ortiz después aspira a la senaduría en 2015 y pierde. Lo que le lleva a ubicarse como diputado plurinominal en su partido, el PAC en 2016. Mariano González Zarur vuelve a la competencia en 2010 y gana para después retirarse de la vida pública. Maricarmen Ramírez va de fracaso en fracaso como candidata a todo puesto de elección popular.

La cargada para el regreso del PRI

En 2010 compiten por la gubernatura Adriana Dávila Fernández (PAN, Panal y PAC), Mariano González Zarur (PRI y PVEM), Minerva Hernández Ramos (PRD, PT y Convergencia) y Rosalía Peredo Aguilar (PS). Adriana Dávila comienza su carrera política en la coyuntura de la alternancia, apadrinada por Felipe Calderón.

Dávila Fernández es candidata a diputada local en 2004 y pierde. En 2006 es incorporada a la lista plurinominal de diputados federales. Por decisión del presidente Calderón es investida en 2010 como candidata al gobierno del estado, pierde. En 2012 se inscribe en el primer lugar y le gana la partida a Héctor Ortiz como senadora de primera minoría. En 2016 vuelve a la batalla por el gobierno del estado y es derrotada de nueva cuenta.

Minerva Hernández Ramos surge a la vida pública en el gobierno de Sánchez Anaya. Le otorgan la “poderosa secretaria de Finanzas” donde construye la candidatura como diputada federal (2003), la senaduría (2006) y el gobierno el estado (2010). Declina por la candidata del PAN. Se incorpora a la administración pública priista en Prodecon (2012). En 2015 aparece en la lista plurinominal como candidata a diputada del PAN en la V circunscripción con sede en el Estado de México.

Rosalía Peredo Aguilar, luchadora social formada por Natalia Teniza. Participante de los movimientos campesinos en la década de los setenta. Militante de varios partidos de izquierda. Funda en Tlaxcala el Partido Socialista y compite por la gubernatura. Pierde y en 2016 se alía al PRI para sumar sus votos a la candidatura de Marco Mena.

Bufalada priista para ser vista y tomada en cuenta

En 2016 se inscriben ocho candidatos al gobierno del estado: Adriana Dávila Fernández (PAN), Marco Mena Rodríguez (PRI, PVEM, Panal y PS), Lorena Cuéllar Cisneros (PRD), Martha Palafox Gutiérrez (Morena), Federico Barbosa Gutiérrez (PES), Felipe Hernández Hernández (PAC), Edilberto Algredo Jaramilllo (MC) y Jacob Hernández Corona (Independiente).

Lorena Cuéllar Cisneros, política de sangre priista. Reclama una candidatura que le es negada en el tricolor y la alcanza en el movimiento progresista. Con la curul en la mano se afilia al PRD para competir como candidata al gobierno del estado.

Adriana Dávila repite y pierde. Martha Palafox, militante tricolor de toda la vida. También se decanta por el movimiento progresista. Luego se convierte al PT para afiliarse a Morena que la promueve como defensora de la soberanía. Y la hace candidata al gobierno del estado que pierde.

La percepción de que todos están contra el gobernador y el PRI. Hace que la campaña se convierta en una bufalada priista. Los tricolores dan la espalda a su partido. Panistas conversos de la servidumbre del priismo empanizado se sacuden el yugo. Líderes transportistas que venden sus favores a todos los candidatos triunfadores de la alternancia hacen acto de presencia.

A pesar de que militantes del PRI, PRD, PAN, MC, PAC y otros se alinean con la candidata del PRD. No alcanzan para reunir los votos suficientes y ganarle al PRI. Ahora todos los perdedores han construido una nueva bufalada priista que se decanta por López Obrador.

Como apuntan Belasco y Stayer. Las manadas priistas vuelven a reunirse. Porque a pesar de que se han disfrazado de perredistas, panistas, progresistas, etc., no dejan de ser priistas. Luchan por mantener vigente el principio de “El tlacuache” Cesar Garizurieta. Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error.

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