A más de un mes del inicio del gobierno de Donald Trump, el flujo de centroamericanos hacia la frontera con Estados Unidos no ha disminuido, pues se mantiene prácticamente igual a los días previos de que ese presidente asumiera el cargo. Cuando menos 15 personas arriban diariamente a la Casa del Migrante en Apizaco, informó Elías Dávila Espinoza, representante del albergue.
Más allá de las posturas de ese político hacia los extranjeros con una situación legal complicada en esa nación, los migrantes “ven el trabajo como un derecho que tienen”, el cual pretenden ejercer, aseveró.
Señaló que a través de los medios de comunicación la población de Centroamérica tiene conocimiento de las agresiones a los migrantes y del miedo que tienen a ser expulsados de Estados Unidos.
“Sin embargo, siguen la ruta hacia el norte para pasar la frontera y quedarse a trabajar, a ver si logran brincar el obstáculo, porque al fin de cuentas llevan una carga de problemas que viven en sus países de origen”, apuntó.
Recordó que los migrantes son orillados a dejar sus naciones por situaciones extremas de pobreza y de violencia. Por eso deciden arriesgarse “a fin de buscar un trabajo más digno para ellos”.
Dávila Espinoza refirió que esas personas sueñan con un futuro mejor para sus familias y, por esa razón, “por más amenazas de muros que van a construir entre México y Estados Unidos, ellos van a tratar de brincar”.
Mencionó que hace como 15 días se observó una disminución ligera del paso de centroamericanos por Apizaco, pero después continuó en los términos habituales, por lo que el flujo ”sigue normal, no hay un descenso”, a pesar de la política de Trump.
Siguen centroamericanos en su afán de cruzar
Apuntó que cuando menos 15 personas llegan diariamente al albergue “La Sagrada Familia” a pedir refugio para descansar, comer y dormir unas horas, con la finalidad de recuperar fuerzas y continuar su camino, principalmente a bordo del ferrocarril.
Aseveró que la población migrante aún no ha sido intimidada totalmente por el gobierno de Donald Trump, pues sigue en su afán de cruzar y, en todo caso, tiene como alternativa quedarse a trabajar en México.
Por ello, insistió en que el país debe prepararse para recibir tanto a los paisanos deportados, como a las personas extranjeras que tengan como destino y opción a esta nación.