Contradictorio, cuando no incongruente, fue el discurso pronunciado ayer por el vocero del gobierno del estado, Javier Lozano Alarcón, desde el Centro Integral de Servicios (CIS), donde ofreció una rueda de medios supuestamente para aclarar que el Poder Ejecutivo no pretende quitar la administración del agua potable a los municipios y mucho menos privatizar el recurso.
En esa lógica, el portavoz dijo que la gestión recién iniciada es de reconciliación, pero dedicó toda su arenga y exposición a atacar al presidente municipal de San Pedro Cholula, José Juan Espinosa, a quien incluso acusó de estar cometiendo un delito.
Lo que es necesario saber es a nombre de quién habla el senador con licencia: sus palabras son la expresión de una posición asumida por el gobierno recién comenzado de José Antonio Gali Fayad, o Lozano es en realidad un personero del ex mandatario estatal, Rafael Moreno Valle Rosas.
El talante pendenciero y abundante en exabruptos de Lozano Alarcón no sorprende ya, porque ha confeccionado su carrera política vendiéndose a sus patrocinadores como un golpeador. Lo que sí llama la atención es que ese talante sea ahora empleado en las relaciones del nuevo gobierno con sus críticos y opositores, como es el caso del alcalde cholulteca.
Es por eso importante que se defina si Javier Lozano Alarcón actúa por su cuenta u obedece órdenes para dar rienda suelta a su carácter.