Tehuacán. El gobierno de Rafael Moreno Valle no ha destinado un solo peso para la detección, atención y prevención del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), con lo que los servicios de atención para personas con VIH están saturados y ello provoca que el servicio se deficiente y muchos pacientes se alejen.
Lo anterior lo aseguró Adán Cuamatzi Cuamatzi, de la organización “No dejarse es incluirse”, quien lamentó la falta de interés del gobernador, para ese sector, al que dejó prácticamente desprotegido durante todo su mandato.
Resaltó que junto con esa falta de inversión existe también un afán por ocultar las cifras reales, ya que desde hace cinco años Puebla no hace públicos los datos epidemiológicos del VIH, pese a que las organizaciones sociales enfocadas en la atención y prevención de ese mal solicitan constantemente dicha información.
No es un capricho de quienes piden saber dichos datos, se trata de una necesidad para definir o modificar los planes de acción de las organizaciones, que actualmente trabajan con datos de hace mucho tiempo y desconocen si la tendencia aún se mantiene en las mismas zonas o si existen lugares en los que la infección se incrementó.
Con un solo centro de Servicios de Atención Integral (SAI), con sede en la capital del estado, es imposible que se logre atender con calidad a los enfermos de los 217 municipios, resaltó Adán, quien dijo que fue por ello que presionaron para instalar uno en Tehuacán, por ser la segunda zona en la entidad, con mayor número de personas con VIH.
El personal no es suficiente; hay cada vez más enfermos, nulo trabajo preventivo y cero difusión para el centro SAI de Tehuacán, sobre el cual se mantiene la advertencia de que si no hay suficiente demanda será retirado, lo que representaría para los pacientes regresar a los gastos de traslado hasta la ciudad de Puebla, para recibir la atención médica y tratamiento.
Moreno Valle, que en poco tiempo concluirá su mandato, se irá de la gubernatura poblana con una gran deuda con los enfermos de sida, su falta de sensibilidad provocó que muchos de ellos abandonaran su tratamiento por la deficiente atención que se les brindó en el sector salud, además de que contribuyó a que otros se enteraran muy tarde de que estaban infectados, pues no existen campañas gubernamentales para la detección del VIH.
Ese último aspecto lo han comenzado a cubrir las propias organizaciones sociales, que en su afán por detener el avance del virus y al ver la falta de trabajo del gobierno del estado, decidieron capacitarse en la aplicación de las pruebas de detección, para así captar a tiempo a las personas infectadas y darles el apoyo necesario a fin de que puedan tener una atención a tiempo y una vida de calidad, explicó.