Por PP
Antes de comenzar un breve recuento de la “Deuda Pública” habrá que dejar claro, que toda deuda es el resultado de gastar más de lo que ingresa y que la deuda pública se paga exclusivamente con el producto del trabajo social, con el sudor de los chambeadores.
Dicen que tiempos pasados fueron mejores… tal vez sí y tal vez no. Pero en el caso concreto de este país tendremos que reconocer que el así llamado “milagro mexicano” fue un tiempo que se esfumó sin dejar siquiera a su paso ni un dejo de nostalgia.
Lo del Milagro Mexicano fue un período que arrancó por la década del 50 del siglo pasado y que tuvo su final al principio de los ochenta. De ese lapso milagroso se pueden destacar dos aspectos. Primero que el período se mantuvo con tasas de crecimiento del Producto Interno Bruto, PIB en el orden del 6% y más y segundo que salario real creció hasta alcanzar el punto más alto de la historia en tanto que la masa salarial llegó a constituir el 46% del PIB.
Eran los días brillantes de la economía mixta; la nación, desde la época de Cárdenas, era la dueña del subsuelo y sobre todo de los veneros de petróleo que el diablo le escrituró.
Hacia 1973 surge la OPEP y reclama porque todos los productos habían subido su precio, menos el petróleo que costaba 3 dólares por barril.
Se produjo “el embargo petrolero”, el precio subió a 43 U$/barril y el gran capital se atragantó, porque el alto costo de los combustibles indujo un período recesivo, con grandes reservas de capital ocioso.
Pronto comenzaron las exploraciones en Alaska y en el Mar del Norte y los estrategas nacionales también vieron su gran oportunidad: ¡ahora es cuando! Ya se miraban como jeques árabes: “¡Seremos exportadores de petróleo!, ¡no sabremos administrar la riqueza!”
Hasta esos años el petróleo era prácticamente para consumo doméstico. Exportar exigía aumentar la exploración, la extracción y construir puertos para cargar los buques-tanque. El interés era bajo y se contrataron grandes volúmenes de capital. Las actividades se expandieron, se construyeron los puertos, se consiguieron los buques tanque y comenzó la exportación, en tanto que la deuda pública pasó de unos 20,000 millones de con Díaz Ordaz a unos 105,000 con López Portillo.
No sabíamos cómo administrar la abundancia y se nos olvidó la herencia del diablo. Apenas se dieron los primeros pasos como exportadores cuando se dejó venir la sobreproducción, el precio del petróleo se fue al suelo y arrastró consigo la capacidad mexicana de pago, como expresión de una especie de sobreoferta de pesos moneda nacional. El momento, como ya es costumbre, fue aprovechado por los carroñeros: banqueros, especuladores y gentes de mal vivir, para convertir todos sus pesos a dólares y saquear al país. Entnces López Portillo “nacionalizó” la banca. “No nos volverán a saquear,” dijo.
Fueron los reinicios de la deuda como carga hacia el final del siglo XX. Con De la Madrid la deuda aumentó a unos 270 mil millones de pesos, porque se indemnizó a los banqueros. Con Salinas bajó un poco, a 183,000 millones, porque la banca se devolvió a la IP y algo pagaron por ella, pero sucedieron “los errores de diciembre de 1994” (otro saqueo de dólares y crisis). Zedillo “tuvo que rescatar a la banca para evitar la quiebra catastrófica”. La deuda subió a 734,000 millones de pesos.
Aunque salvó a los banqueros, al revés que Chucho el Roto, robó a los pobres para ayudar a los ricos, a los mismos que trafican con los dólares y saquean al país.
Del “milagro mexicano” ya no quedaban ni recuerdos. La doctrina “neoliberal” ya había roto todas las fronteras, todas las barreras arancelarias. Los gobiernos sucesivos se lanzaron desaforados a privatizar. En venta de garaje remataron todo: Carreteras, empresas, cines, ingenios y ferrocarriles para anular la participación del Estado en la economía. Solo faltaba privatizar Pemex y Energía eléctrica.
Fox no se atrevió pero ya las fuentes de ingreso se habían cerrado y con Calderón la deuda se fue a las nubes: 3 billones 412,400 millones de pesos, mientras que, a la mitad de su camino, Peña lleva ya una deuda de 2,billones 400,000 millones de pesos y contando.
México tiene ahora una deuda que se alimenta a si misma: se pide prestado para pagar los abonos y los intereses. (El servicio de la deuda.)
La deuda del IPAB de más de $733 mil millones, costo de salvar a la banca, no se paga, sólo se refinancia.
Por otro lado, en su análisis de la cuenta pública, la ASF informó que en 2011, la Tesorería de la Federación regresó a los grandes contribuyentes 219 mil millones.
Con este esquema de pedir prestado para el pago de abonos e intereses, de devolución de impuestos a las grandes empresas y carente de toda actividad económica productiva, el Estado sólo ofrece a los trabajadores mexicanos un futuro de esclavitud y precariedad: más de lo mismo desde hace 35 años.
Se hace necesario gritar ¡Ya basta! Actuemos unidos y organizados.
CONSTRUYAMOS UN PAÍS DE JUSTICIA Y PAZ
Estamos viviendo momentos muy fuertes de violencia, desapariciones, secuestros, explotación, corrupción, terrorismo, discriminación por todos los rincones del planeta y de nuestro país.
Puebla con el 4º. lugar de hambre y pobreza, primer lugar de robo de gasolina, la 5ª. parte de su población se encuentra al otro lado de la frontera, aumento de feminicidio, censura a los medios de comunicación, 140 presos políticos, gastos suntuarios de a pantalla.
Pero lo más importante son los movimientos populares que luchan contra todo esto arriesgando la vida, por todos los rincones del estado.
Construyamos juntos que defiéndala vida, la familia, el trabajo, la cultura, la verdadera educación, escuchemos los clamores del pueblo violentado que lucha por defender su dignidad.
Texto del boletín parroquial de la Iglesia de salida de Nuestra Señora de la Asunción. Puebla, Puebla, organizadora de una amplia pastoral social con atención a enfermos, ancians , de capacidades diferentes, hospedaje a migrantes, espacio para talleres de organizaciones populares, atención a víctimas de violencia, biblioteca sobre movimientos sociales, hemeroteca de información y análisis y videoteca. Del 18 de septiembre al 12 de octubre acompaña y se compromete con la Antorcha Guadalupana de migrantes de México a Nueva York que ya cumple 15 años.