Ávidos de letras,
los lectores –ellos y ellas
hurgan en cada verso
el sentido del afecto.
“Aquí no lo tiene”,
dicen extrañados
quienes, si acaso, encuentran
una gota de sangre desteñida
que insinúa dolores, luchas,
amores desgarrados,
sueños de vuelos a la luna,
o a la rosa y sus estrellas.
Y sí, lleva el afecto enrarecido,
porque la escena sangra,
el contexto sangra,
el silencio sangra,
como sangra este poema
hasta el púrpura final que nos perturba.