El 11 de agosto de 2016, en el anuncio de la política monetaria correspondiente al segundo trimestre, Banxico reconoce que el balance de riesgos para el crecimiento de la economía se deterioró desde fines. Decide mantener la tasa de interés de referencia en 4.25 por ciento, pero señala que “es crucial reformar las políticas orientadas a mantener fundamentos macroeconómicos sólidos, tales como procurar un superávit fiscal a partir de 2017” y añade que “como banco central ajustará su política monetaria con toda flexibilidad en el momento y magnitud que sea requerida para mantener la inflación y sus expectativas bien ancladas”. Dicha Institución monetaria sigue insistiendo en más de lo mismo. En sus objetivos de baja inflación, en mantener “fundamentos macroeconómicos sólidos”, sin reconocer que tales políticas son las causantes de la pérdida de dinamismo de la economía nacional, como de su alta vulnerabilidad frente al entorno internacional, que le han desequilibrado sus fundamentos macroeconómicos. Éstos se lograron no por sus políticas, sino por la entrada de capitales, y ahora que no están viniendo en los ritmos requeridos, y que el capital se está saliendo del país, se presentan los desequilibrios macroeconómicos y las presiones sobre la paridad cambiaria. Se responde a ello con mayor recorte presupuestal para lograr superávit primario para hacer frente al pago de la deuda que se ha incrementado por la devaluación y el alza de la tasa de interés, lo que llevará a la economía a mayor deterioro de los balances de riesgo para el crecimiento, es decir al estancamiento. En vez de responder a la caída de exportaciones y del precio internacional del petróleo con políticas contra cíclicas de mayor gasto público y menor tasa de interés, proceden a todo lo contrario. Se pronuncian por superávit primario, y anuncian que seguirán utilizando la política monetaria para mantener la inflación y sus expectativas bien ancladas. No reconocen que el problema del país no es la inflación, sino la falta de generación de empleo bien remunerado, la falta de crecimiento y la creciente desigualdad del ingreso, que sus políticas han generado. En vez de responder al menor crecimiento económico de la economía bajando la tasa de interés para disminuir el costo del crédito y estimular la inversión y el consumo, mantienen la tasa de referencia en 4.25 por ciento, muy por arriba del crecimiento observado del PIB, que en 2016 estará por abajo de 2 por ciento, lo que lleva a que seguirán aumentando los problemas de cartera vencida, ya que el ingreso nacional, de empresas e individuos crece por abajo del costo de la deuda. Y además se pronuncian por superávit fiscal primario, que implicará mayores recortes presupuestales y añaden que podrán aumentar la tasa de interés para evitar inflación, todo lo cual contraerá más la actividad económica y el ingreso de empresas e individuos, y con ello su capacidad para hacer frente al pago de su deuda, lo que avecina la eventualidad de otra crisis bancaria al seguir creciendo los problemas de cartera vencida.
Mientras los países desarrollados están trabajando con tasas de interés negativas o alrededor de 0 por ciento, en México se tiene una tasa de referencia de 4.25 por ciento y se anuncia que puede incrementarse. En días pasados se colocó deuda pública en los mercados internacionales a 10 años por 4.12 por ciento y a 30 años por 4.35 por ciento, mientras que la tasa internacional a esos plazos está menos de 2 por ciento. Como se va a pagar dicha deuda si la economía crece por debajo de esos niveles y cada vez crece menos y no hay perspectivas de crecimiento alguno. Hay que recordar que ya no se tienen activos que vender para pagar pasivos, y las playas ya no son nacionales, están controladas por hoteles internacionales, por si acaso quisieran vender territorio. Ha habido una miopía y falta de principios nacionales y éticos por parte de los tomadores de decisiones en nuestro país que sus políticas nos han llevado al mayor subdesarrollo, a incrementar el número de pobres y la desigualdad del ingreso y los niveles de extranjerización de la economía, y a que el país no nos pertenezca. Está habiendo un despertar generalizado a nivel mundial en contra de estas políticas económicas, que en el Reino Unido llevaron a que se saliera de la Unión Europea. En otros países también está habiendo cambios políticos para modificar las políticas causantes de los problemas de desempleo y del deterioro de las condiciones de vida de la población. En nuestro país cada vez hay mayores manifestaciones de descontento demandando cambio de rumbo, y el gobierno insiste en más de lo mismo, lo que seguirá exacerbando la lucha de clases.