El sábado 13 de agosto cumplió 90 años de vida Fidel Castro Ruz, uno de los personajes históricos más trascendentes en el trayecto que ha seguido la revolución social y política en América Latina. Nacido en 1926, en Birán, Mayarí, en la entonces provincia de Oriente de Cuba, desde muy joven se inicia en la lucha revolucionaria, y con apenas 21 años participa en una expedición a la República Dominicana con el propósito de luchar contra el dictador Rafael Leónidas Trujillo. El plan es interceptado y abortado.
Más tarde, con el propósito de combatir a la dictadura de Fulgencio, el 26 de julio de 1953, con menos de 27 años de vida, Fidel encabezó a un grupo de 165 jóvenes que lanzaron un ataque armado al cuartel Moncada en Santiago de Cuba. El ataque falló, y 70 rebeldes murieron en combate y otros torturados y asesinados; Fidel, con 28 combatientes incluido su hermano Raúl, fue detenido y juzgado, otros 67 lograron escapar y reorganizar el movimiento en la clandestinidad. En el proceso, Fidel pronuncia un memorable discurso; “La historia me absolverá”, en el cual explica las razones de su lucha y que se convertirá en su programa político: “Cuba está sufriendo un cruel e ignominioso despotismo, y vosotros no ignoráis que la resistencia frente al despotismo es legítima; este es un principio universalmente reconocido […] El derecho de insurrección frente a la tiranía es uno de esos principios que, esté o no esté incluido dentro de la Constitución Jurídica, tiene siempre vigencia…” La dictadura lo condenó a 15 años de prisión, y puesto en libertad en mayo de 1955, luego de casi dos años de prisión y tras una intensa movilización popular que exigía su liberación.
El 12 de junio funda el “Movimiento 26 de Julio” como organización clandestina y en julio de ese mismo año se traslada a México, donde conoce al Che Guevara; el 2 de diciembre de 1956, Fidel y 80 rebeldes parten desde Tuxpan hacia Cuba en un pequeño yate (el Granma), pero al desembarcar caen en una emboscada en la que perdieron la vida 68 revolucionarios; los 12 restantes, encabezados por Fidel y Raúl Castro, junto con el Che¸ se suben a la Sierra Maestra para iniciar la guerrilla que, tres años después, el 1 de enero de 1959, entrará triunfante a la Habana.
El triunfo del Movimiento 26 de Julio y su marcada independencia respecto de lo que debería ser el futuro de Cuba y cómo organizar el presente para ese porvenir iniciaron las agresiones del imperialismo que financió la invasión a la isla en abril de 1961, invasión derrotada de manera contundente en Playa Girón, al tiempo que Fidel proclama el carácter socialista de la Revolución. Esta lucha heroica detonó intensos procesos políticos y sociales de apoyo a Cuba en toda América. La consolidación de la revolución y el socialismo, mostró que algo sin precedente, parecía inaudito que una revolución socialista pudiera sobrevivir a tan sólo 90 millas de la sede imperial, y lo hacía dirigida por Fidel de manera vigorosa y sin claudicaciones ni concesiones.
La generación de entonces respondió con firmeza y apoyó sin condiciones a esa revolución que se sentía de todos. Apenas se sabía de alguna agresión imperial o de alguno de sus alfiles, los jóvenes salían a la calle cantando: “Fidel. Fidel ¿qué tiene Fidel que los americanos no pueden con él?” Y hasta hoy, ni ellos, ni sus sicarios, han podido vencer el liderazgo da este hombre, invicto, que sigue lúcido y no claudica.
Todo lo intentó el imperialismo, expulsó a Cuba de la OEA y le impuso un criminal embargo total y, según supimos el sábado, Fidel sobrevivió a 634 intentos de asesinato; además se cuentan historias extraordinarias, como aquella de la espía enviada por la CIA para asesinarlo y terminó enamorada de él y no pudo cumplir su misión. Nada, pues, ha podido vencer a Fidel, cobijado por su pueblo, que repite con él: “Primero se hundirá la Isla que volver a ser esclavos.”
Por muchas razones, nos unimos a quienes enviaron una carta a Fidel, por su cumpleaños, para agradecerle todo lo que ha hecho por los pueblos de nuestra América y por los del resto del mundo.