Para que todo proyecto, sea del ámbito que sea, alcance el éxito deseado, debe estar acompañado de las condiciones propicias o por lo menos las de mayor relevancia, si de verdad sus promotores pretenden que tenga el impacto que se plantea en el mismo.
Máxime en el caso de un proyecto encaminado a formar a las presentes y futuras generaciones de mexicanos que se encargarán de los destinos del país.
El nuevo modelo de educación presentado con bombo y platillo por el titular del sector federal, Aurelio Nuño Mayer, el pasado miércoles es, por lo pronto, buenas intenciones, y para que alcance el éxito esperado, es necesario que la misma autoridad propicie las condiciones mínimas para su desarrollo y resultado.
En estos momentos, su aplicación está, incluso, en riesgo dado el malestar que prevalece entre el magisterio del país por la reforma educativa implementada por el gobierno de Enrique Peña Nieto, la cual afecta derechos laborales conquistados durante muchos años por los docentes, lo cual fue reconocido aun por los dirigentes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
Por ello, una primer tarea de las autoridades del sector y de las instancias facultadas, es la de restablecer la normalidad en las escuelas a partir de una labor de información veraz y clara respecto del nuevo modelo educativo entre el magisterio nacional, y no a costa de afectar los ingresos y el uso de la fuerza pública contra los docentes.
Aurelio Nuño presentó nuevo proyecto educativo
También el gobierno tendrá que prever los presupuestos necesarios para concretar los objetivos planteados en el proyecto educativo de Aurelio Nuño, pues la falta de recursos podría propiciar su retraso o su fracaso, como sucede con la reforma educativa, la cual establece otorgar estímulos económicos a los docentes con mejor desempeño en las aulas, sin embargo, después de haberse conocido los resultados de la evaluación del año pasado, los profesores mejor evaluados no han recibido dicho premio.
Ejemplo de que la falta de previsión presupuestal puede llevar al fracaso un proyecto, es la obligatoriedad del nivel de bachillerato, la cual fue aprobada en 2013 y aún no se concreta.