Cuenta siempre
Quien aprende el baile del embrujo
Quien estudia cuántos dedos mide una cintura
Quien suma las colinas que se interponen para verla
Quien anuncia con sus pasos cuántos pisos faltan para el cielo
Cuenta con frecuencia intensa
Quien marcha a un combate que pudiera serle favorable
Quien camina decidido a romper a la escritura que lo aprehende
Quien ansía que le alcance para poner en otras manos lo del gasto
Quien sabe que unos ojos valoran sus apuros
Cuenta despacioso
Quien de los años quiere enjugar sudores y malogros
Quien sopesa y saborea amores idos y otros que retornan en el sueño
Quien se sabe de memoria los pregones matutinos
Quien así respira y calma esa duda que sofoca
Cuenta que es un cero a la izquierda
Ese que cuenta el baile, la cintura, los pisos y pasos hacia el cielo,
Los combates, los poemas, las monedas y los ojos que colmaron sus apuros,
Los años de sudores y de males, los amores que entristecen, los
clamores, los sofocos.
Pero aún en cero cuenta y contar tanta vida es su delirio.