Sigue en caída libre la presunta fortaleza del barco de gran calado (Calderón, dixit) y no podemos salir de la tormenta perfecta, a la cual nos condujeron las pésimas decisiones económicas de las últimas administraciones, mismas que han mostrado a lo largo de sus respectivos periodos un nulo o escaso conocimiento de los diversos aspectos económicos.
Comencemos por analizar las expectativas de crecimiento para este 2016. Las autoridades señalaron que era muy probable que ahora sí creciera el país a una tasa del 3.7 por ciento; y no esperaron hasta mediados del año para tal presunción pues en marzo la bajaron a 2.4 por ciento, con miras a que a mediados del año vuelvan a ajustarlo a la baja.
Para rematar estas malas noticias en materia económica, el vocero de la secretaría de Hacienda anunció el recorte del gasto público para el año 2017, siendo el mismo de 175 mil millones de pesos como consecuencia “De la caída en los precios del petróleo”, existiendo la posibilidad de que dicho recorte llegué a ser un poco mayor, y pueda llegar a 311.8 mil millones de pesos. Aunque desconocemos sí esto es una muestra de franqueza o de cinismo, el caso es que cuando informaron lo anterior destacaron que pese a todo: “México sigue manteniéndose como un país donde se han fortalecido los ingresos tributarios; la gestión es eficiente y responsable (sic) con el manejo de la deuda pública; además se mantiene una política monetaria creíble (súper sic) con expectativas de inflación bien ancladas y un nivel de reservas adecuadas. Además se ha sabido diferenciar de otros países emergentes porque tiene una línea de crédito flexible otorgado por el FMI. Todo esto gracias a que México ha cumplido a cabalidad los compromisos firmados.” ¡Entreguismo! ¡retórica!
Pero como las malas noticias no vienen solas, la calificadora internacional Moody’s Investors Service, modificó el nivel de calificación que tenía sobre México, cambiándolo de: “estable a negativo.” Pese a esta situación, “afortunadamente” el país siguió conservando su rango crediticio de A3; aunque el pronóstico de varias calificadoras extranjeras sobre la débil situación económica en la que estamos, los llevó a concluir que: “La perspectiva económica de todas las calificadoras es negativa”.
En pocas palabras: no saldremos del bache económico en que nos encontramos; pese a los discursos oficiales rebosantes de triunfalismo.
Finalmente, esperamos que los mexicanos hagamos una profunda reflexión sobre los últimos acontecimientos económicos, políticos y sociales provocadas por las administraciones priístas y panistas, incluso las perredistas, antes de emitir su decisión final, sin olvidar como hemos llegado hasta esta situación. Es el momento de mandar una señal a los grupos dominantes que el deterioro social–económico–político llegó a su límite.