La Cuenca de Libres-Oriental se encuentra en la mira de diversos proyectos, y por tanto en peligro de sobreexplotación y disputas por el agua. Tres de esos proyectos son de gran impacto social y ambiental: 1) la extracción de agua para dotar a la ciudad de Puebla y municipios conurbados del faltante que hoy registra; 2) la instalación de Audi, su parque industrial y la urbanización propuesta, denominada por el gobierno como “ciudad modelo” y 3) las concesiones a mineras en la zona.
En el primer caso y atendiendo a la falta de disponibilidad de agua de las fuentes de agua existentes en la ciudad de Puebla y sus zonas conurbadas se han buscado desde tiempo atrás otras fuentes de abastecimiento. La Cuenca de Libres–Oriental ha sido considerada en varios proyectos para cubrir el déficit en el abastecimiento, situación que se ha vuelto impostergable debido al contrato de concesión firmado con Agua de Puebla.
Como lo señaló, Rafael López Zamora, especialista en gestión urbana del agua y egresado del Doctorado en Economía Política del Desarrollo, de la Facultad de Economía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, la ciudad tiene ya un déficit de aproximadamente mil litros por segundo adicionales al suministro actual, cantidad que el gobierno del estado se ha comprometido a entregar a Agua de Puebla para Todos, concesionaria del Sistema Operador de Agua Potable y Alcantarillado de Puebla (SOAPAP), durante los primeros dos años de su contrato. Actualmente “son 4 mil 600 litros por segundo los que requiere la ciudad de Puebla y la red conurbada con las Cholulas y Cuautlancingo”. Al haber abatido sus principales cuencas acuíferas, Puebla depende en gran medida del agua de las comunidades aledañas, indicó en su participación en el ejercicio que realizamos diversos académicos y organizaciones sociales en los foros denominados “Informes Ciudadanos”, en noviembre de 2015.
La acelerada expansión urbana de los últimos años ha agudizado el problema, al mismo tiempo que desde el ámbito federal y estatal se ha promovido la intervención de empresas privadas en los organismos encargados de la operación del servicio público. En Puebla, desde diciembre de 2012 el gobierno estatal consiguió que se aprobara por el Congreso una primera modificación a la Ley de Aguas para permitir la participación del sector privado y concesionar a particulares el servicio de agua potable, alcantarillado y saneamiento, que hasta ese momento brindaban exclusivamente los municipios a través de los organismos operadores.
En abril de 2014 el gobierno del estado confirmó la concesión a la firma “Aguas de México”, que obtuvo la concesión para administrar los servicios del SOAPAP a partir del presente mes de abril. Operando bajo el consorcio Agua Puebla, que tiene a cargo la concesión para la prestación del servicio público de agua potable, drenaje, alcantarillado, saneamiento y disposición de aguas residuales en el Municipio de Puebla, y las circunscripciones territoriales específicas de los municipios de Cuautlancingo, San Pedro Cholula, San Andrés Cholula y Amozoc, así como la ampliación, acondicionamiento, mantenimiento, operación y administración de la infraestructura hidráulica del SOAPAP, y la prestación del servicio de saneamiento de aguas residuales al municipio de Tlaltenango, respecto de las aguas residuales que se generen en dicho municipio, así como a aquellos otros municipios con los que se celebren convenios de coordinación en el futuro.
Si bien el contrato de concesión está reservado, el mismo establecería la obligación del gobierno estatal, a través del SOAPAP de suministrar un mayor abastecimiento y suplir el déficit existente.
¿De dónde van a traer el agua para cubrir el déficit?
De la Cuenca de Libres-Oriental. Desde 1997, el Centro de Estudios para la Preparación y Evaluación de Proyectos Socioeconómicos (CEPEP), realizó la “Evaluación social del acueducto “Libres–Oriental” de la ciudad de Puebla, Puebla”. El proyecto consistía en la perforación de 40 pozos profundos en la cuenca Libres–Oriental, para extraer 3 mil lps de agua. “La construcción de un acueducto con una capacidad máxima de conducción de 4 mil litros por segundo (lps) para los primeros 55 kms que comprendería la primera etapa hasta la localidad de Rafael Lara, y de 2 mil lps de capacidad de conducción para la segunda etapa de 31 kilómetros hasta el poblado Oriental; y las obras requeridas para la construcción de la parte oriental del acuaférico”.
La cuenca tiene una superficie 4 mil 981 747 km2 y de acuerdo a agrupaciones topográficas se divide en 13 sistemas terrestres o ecogeográficos denominados “Unidades Ambientales Físicas” (UAF).
En orden decreciente de superficie, el ordenamiento de los sistemas es: Perote–Tepeaca–Molcaxac (20.2 por ciento), Ciudad Serdán (16.6 por ciento); TeziutlánXiutetelco (11.0 por ciento), Tlaxco (10.3 por ciento), Cofre de Perote–Pico de Orizaba (10.0 por ciento), Las Derrumbadas (8.0 por ciento), Huilapitzo (6.8 por ciento), San José Chiapa (4.4 por ciento), Tlaxcala (4.2 por ciento); San Salvador El Seco (3.0 por ciento), Soltepec (2.2 por ciento), La Malinche (1.7 por ciento) y Huamantla (1.6 por ciento). A pesar de que la menor altura de la cuenca se encuentra situada a una elevada altitud similar a la de la Ciudad de México, la mayor parte de ella (80.1 por ciento) se localiza por debajo de los 2700 msnm. 47.7 por ciento de la cuenca se localiza entre los 2350 y los 2 mil 500 msnm. Este factor de altitud es muy importante ya que ha sido decisivo para considerar a la Cuenca de Libres–Oriental como fuente potencial de suministro de agua para las ciudades de Puebla y México ya que, al estar situada a una altura similar a estas ciudades, disminuyen grandemente los gastos de bombeo. (Alcocer et al., 2005)
Según el Inegi, 2010, el agua disponible en el estado de Puebla está en su mayor parte en la cuenca de Oriental, en donde la mayoría de los escurrimientos pluviales se infiltran hacia el subsuelo, formando un manto acuífero extenso, el cual constituye un recurso de abastecimiento hídrico muy valioso (Alcocer et al., 2005). La relevancia de la cuenca de Oriental como área almacenadora de agua subterránea, estriba en el hecho de que 40 por ciento de ésta presenta materiales consolidados de alta permeabilidad con posibilidades altas de presencia de recursos hídricos subterráneos. Dichos materiales se encuentran en toda el área baja de la cuenca (Alcocer et al., 2005), aunque en el Diario Oficial de 1954 se declara la veda por tiempo indefinido para el alumbramiento de aguas del subsuelo de la cuenca cerrada denominada Oriental, en los estados de Puebla y Tlaxcala; sin embargo, en el artículo III se especifica que tanto las obras existentes como las nuevas que se construyan, quedaran sujetas a las disposiciones que dicte la Secretaría de Recursos Hidráulicos, actualmente Comisión Nacional del Agua, para regular y controlar el mejor aprovechamiento de las aguas del subsuelo.
Hace una década en la cuenca estaban inventariados 700 aprovechamientos; 560 pozos y 140 norias que, en conjunto, extraían anualmente cerca de 118 mm3, cuando la recarga se estimaba en 170 mm3 anuales y provenía principalmente de la precipitación pluvial infiltrada en las sierras y lomeríos adyacentes, así como en las zonas llanas de la cuenca misma; no obstante, la extracción en ciertas zonas, la expansión de las actividades productivas ha provocado el agotamiento de varias norias y algunos pozos. Esas actividades han ocasionado también la disminución del volumen de algunos cuerpos de agua, como lagunas y axalapazcos, así como mermas en el caudal de arroyos provenientes de la sierra, y la desecación de la laguna de Tepeyahualco desde 1975. La evolución de la cuenca muestra abatimientos en algunas zonas de hasta 0.5 metros por año, según el estudio de Umafor en 2008.