Según los grupos dominantes del país, la clase trabajadora sólo justifica su existencia si su trabajo sustenta el “pretensioso y ostentoso” estilo de vida de sus patrones. Lamentablemente, la realidad parece darles la razón, pues el miércoles pasado aterrizó, en el aeropuerto de la Ciudad de México, el nuevo avión presidencial Boing–Dreamliner 787–8, por el que habrá de pagarse la escandalosa cifra de 7 mil millones de pesos, más la remodelación del hangar presidencial, cuyo costo ascendió a 998 millones de pesos; todas estas nimiedades para satisfacer los egos de Calderón/Peña.
El comportamiento de todas las autoridades –federales/estatales/municipales– raya en lo absurdo/demencial, la “trascendencia de las obras” va desde la edificación de estelas/ autopista privadas (Ciudad de México); museos/teleféricos/ (Puebla y estado de México); endeudamiento exorbitante Moreira/Duarte y otros gastos como primas de seguros (15 millones) recientemente adquirida por senadores/diputados del país y muchos onerosos gastos más para los cuales no hay límite si benefician a los administradores del poder.
Pero como el sistema fiscal no grava a quien más tiene y, por tanto, se debate en la mayor de las miserias, hay que endeudarse y el gobierno se endeuda.
Está problemática ha sido abordada recientemente por el Banco de México (BdeM), que se refirió a los prestamos contratados con las instituciones financieras internacionales (Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial), encargadas de otorgar los créditos mediante sendas Cartas de Intención, que no son sino documentos usureros en contra del país que los firma. Según el BdeM, el endeudamiento del país en 2015 lo llevó a tener que pagar por concepto de intereses y comisiones, la cifra de 396 mil millones 944.3 millones de pesos, añadiendo que esto ha ocurrido por “la debilidad del mercado interno, la solución ha sido un mayor déficit de las fianzas públicas en los años recientes lo que ha propiciado un aumento de la deuda pública interna y externa”. ¿Quiénes asumen las deudas por muchos años? ¿El gobierno?
De que sirvieron los ingresos que el país recibió como producto de la venta de petróleo, desde Miguel de la Madrid hasta Calderón, que ascendieron a 635 mil millones de dólares. Su afán de petrolizar y “reformar” la economía, resultó un rotundo fracasó; hoy el mercado interno mexicano depende más de los envíos de las remesas provenientes del extranjero que el año pasado ascendieron a 25 mil millones de dólares, monto mayor al ingres por turismo.
México se está cayendo en pedazos por falta de una agresiva política anti cíclica y todo indica que tenemos esperar un gobierno sin arrogantes pretensiones primermundistas, tan caras para México.