Lunes, marzo 18, 2024

La salida de Espinosa es porque “no trabajaba”, no por su actitud crítica, dice Ortiz Pedraza

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El delegado del Instituto Nacional de Antropología e Historia en Puebla, José Francisco Ortiz Pedraza, señaló que la salida de la investigadora Sonia Espinosa se debe a que “es una persona que tenía largo tiempo (laborando) y también largo tiempo sin trabajar, nada más cobrando”.


Durante una entrevista previa a la inauguración del Museo Internacional Barroco, justificó que el despido de Espinosa, quien se desempeñaba como perito del Centro Puebla y tenía 39 años de pertenecer y laborar en el centro, se debió a que “era una persona que no trabajaba”

“No trabajaba e incurrió en muchas faltas sistemáticamente y se aplicó la normatividad. Es una falta de probidad y honradez como se dice legalmente”, señaló Ortiz Pedraza.

En referencia al papel crítico de Espinosa Martínez, quien ha sido una de las principales opositoras a los proyectos que han ido en detrimento del patrimonio histórico y arquitectónico de Puebla, el delegado del INAH en Puebla señaló que “nada de tiene que ver”.

Dijo que “el caso” de la arquitecta Sonia Espinosa, era el “más grave” en el Centro INAH Puebla, por lo que se aplicó la normatividad.

“Salieron hace un tiempo otros dos arquitectos por falta de documentación, ella por falta de probidad y honradez, esperemos que no haya más casos; se está depurando el personal de la institución pues se pide que la gente sea honrada”, insistió el delegado del INAH, un organismo dedicado a la salvaguarda, custodia e investigación del patrimonio.

En otro tema, sobre los “trabajos” de la llamada Casa del Torno que fue derruida por el gobierno estatal para construir, en su lugar, una de las torres del teleférico, dijo que se “va a recuperar tal y como estaba en el siglo XIX” ello pese a que admitió, a pregunta expresa de esta reportera, que su pérdida “todo el mundo lo sabe, que cualquier daño al patrimonio es una terrible pérdida para la identidad nacional”.

“El proyecto está revisado, supervisado y aprobado por el INAH ampliamente; ya están iniciando los trabajos preliminares sin golpeteos ni explosivos para hacer la reconstrucción, además de que se hará una remodelación mínima al barrio para integrarla en unos seis meses. Lo que se buscó fue resarcir el daño, no castigar, porque el INAH no es una institución punitiva, sino cultural”.

Concluyó que “el destino final” del nuevo edificio será para instalar una oficina de la Unesco en la que habrá salas de exposiciones culturales y para diversas actividades de la misma índole.


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