Martes, marzo 19, 2024

México: ante la masacre continua, nada más la lucha

Las cifras de ejecutados, desaparecidos, presos políticos, desplazados y extorsionados suben, como sube billonariamente la deuda pública y privada, el drenaje multimillonario de dólares sea para una u otra forma del crimen (saca dólares, especuladores y lava dólares del crimen organizado). En cambio a las cifras a la baja son el valor del peso, el del barril de petróleo, el de los empleados en el gobierno y en los empleos formales (lo que supone los que cuentan con prestaciones efectivas en seguridad social, fondos de retiro, de vivienda y contrato indefinido) y baja y cae el poder adquisitivo de los salarios, el precio de las materias primas locales en el mercado internacional y el número de espacios para estudiantes en la educación pública).


Este sube y baja de profundas desigualdades y contradicciones, supone una continua masacre contra la población inerme. Tan parecido y cruento como lo que se hacía llamar guerra sucia contra el pueblo en los años 60 y setenta del pasado siglo, pero entonces en el filo del último reparto de migajas del “milagro económico”, que no era exactamente de estado de bienestar.

Entonces las masacres eran muchas, pero puntuales y localizadas, ahora son una constante y se han generalizado en una gran ola de gente asesinada, en un país en la miseria y la impunidad.

A este cuadro  que muchos asumen como fatal, es decir como inevitable, le salen al frente millones de indignados, decenas de miles en resistencia, miles de procesos de resistencia autónoma y de construcciones en cientos de localidades y colectivos de expresiones de poder popular. La balanza parece seguir pesando más del lado de los masacradores (fea palabra que pudiera caber en un nuevo diccionario de la infamia así como se utiliza el término “sicario” lo mismo para el matancero individual o el mercenario paramilitar,  el asesor económico neoliberal, el experto en seguridad y el defraudador de la verdad y la justicia que opera en los medios y en el poder judicial). No se ve para cuando se aliviane ese peso.

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Pero no hay nada de natural, normal, inevitable y fatal cuando la esperanza crece en el pueblo que lucha y se viste de acción organizada con fuerzas y pensamiento propios. Acción que se  sale de los canales en los que nos conduce el sistema y construye, en cambio, otra política, otras voces, otros modos de vivir, resistiendo para emanciparse, evitando hacerse víctima de batallas perdidas en campos desventajosos como es pedirle a los de arriba que nos auxilien, protejan, empleen o cumplan con una (su) legalidad que nos encadene al sistema de servidumbre moderna.

Ya reconocimos que luchas de estas suman apenas centenas de territorios y decenas de poderes constituyentes de un pueblo que se auto determina. Y si no se ha dicho es evidente que ese pueblo se la juega contra el poder que no lo quiere fuera de sus carriles de control, de sus normas y de sus expectativas de vivir “mejor” la dominación hoy vuelta masacre permanente. Por lo que, si no se defienden  y articulan  territorios, comunidades, colectivos, luchadores sociales y defensores (as), esas centenas se reducirán; el fracaso sobrevendrá y aunque algunos recuerden lo que hicieron, habrá que comenzar desde muy abajo otra resistencia.

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Que le pongan nombre a esos ejemplos de lucha emancipadora quienes la realizan, la defienden  e intentan articularla diariamente, así como quienes la toman como ejemplo y desde abajo y con renovada decisión crecen como flores del desierto. Aquí solo afirmamos que siendo tan pocos nuestros éxitos,  la fuerza potencial que tienen es enorme y la forma la memoria colectiva de cientos y hasta miles de años de defensa de la vida en común por el bien de todas y todos, y ese potencial crece con la creatividad de quienes transgreden el orden y el ornato y crean luchando nuevas voces, nuevos ámbitos  e ímpetus para liberarnos desde la dignidad y la verdad.

Queremos seguir siendo El Zenzontle después de estos doce años, una vocería pequeña de ese montoncito de fuerzas de gran potencial que se llama poder del pueblo organizado desde abajo y desde ahora. No tarda que digamos al lado de otros pueblos del continente y del mundo: México, pueblo de mujeres y hombres libres.

 

www.elzenzontle.org


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