Viernes, abril 19, 2024

Desde el silencio, Gerardo Ramos Brito presenta su más reciente obra en Puebla

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Creada de manera ex profeso para el Museo Tecnológico de Monterrey, bajo la curaduría de Mariela Arrazola Bonilla, la exposición “Trazos desde el fondo del silencio” constituye una oportunidad para conocer la obra reciente de Gerardo Ramos Brito (Puebla, 1943) en su ciudad natal.

La obra, consideró la también directora del museo universitario, es reflejo de su madurez artística y en un futuro será vista como un momento cumbre en su trayectoria.

Arrazola Bonilla dijo que como un museo universitario, el recinto debe abrir el espacio para los exponentes con más trayectoria.

Adentrarse en las salas de esta exposición es introducirse a los lugares más íntimos del artista, quien invita a atestiguar su silencio, silencio que lo lleva a pintar a través de gestos: manchas, huellas, lo imperfecto.

Las texturas, los colores, los barridos, los pigmentos y el soporte se funden en la obra del artista.

Sus obras se instauran en el espacio expositivo y exigen al espectador una dedicada contemplación y una observación aguda, pues solo al mirarlas con detenimiento, se permite percatar que el artista habla de lo que se guarda en el silencio.

La exposición contempla dos objetivos por parte del área cognitiva: entender las transformaciones de la pintura occidental, en particular el cambio hacia la abstracción en el siglo XX, y como objetivo educativo, reconocer el valor expresivo de la pintura.

Trazos desde el fondo del silencio presenta 10 pinturas abstractas en técnicas como el óleo sobre tela y tabla, acrílico sobre lienzo y grafito, un video arte y una instalación.

A lo largo de la exposición, el público se podrá familiarizar con las características de la pintura abstracta, en particular con la pintura gestual que tiene su origen en el action painting estadunidense de la época de Jackson Pollock.

Esta técnica que distingue también a Ramos Brito implica la revaloración de la acción de pintar, como un proceso creativo en sí mismo, además de que apela al subconsciente y la improvisación.

Por su puesto, el action painting también reivindica el acto individual de dejar a un lado la realidad objetiva para dar rienda suelta a la imaginación.

El visitante, más que buscar de qué tratan las obras, recobra la capacidad de asombro y experimenta sensaciones.

Más que llenar espacios, el diseño de la exposición consiste en crear espacios a partir de las obras, pues se trata de evocar en los visitantes el silencio más profundo para conectarlos con su ser interior.

Destaca que paralelo a la exposición se presentó el libro Huellas, que publicó el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes en el marco delos 50 años de trayectoria del artista Gerardo Ramos Brito.

Además, para facilitar el recorrido, se integran materiales de apoyo impresos y en forma virtual¸ como postales, folletos, hojas de sala, lista de poemas, libros sugeridos para aprehender de una mejor forma la exposición y, en el mismo sentido, un listado de música recomendada por el artista.

Un silencio como de artista rupestre

Sobre la colaboración con el Tecnológico de Monterrey, el artista Gerardo Ramos Brito dijo que una constante en su carrera el elegir dónde exponer.

“Me sentí muy cómodo, desde que me invitaron no lo pensé dos veces. Me gustó el lugar, es un espacio muy íntimo y eso era importante para el concepto de la exposición, dijo.

Explicó que esta serie reciente, se parece un tanto al realizado al inicio de la humanidad por los artistas rupestres que intervinieron las altas paredes de las cuevas. Entre ambos, definió, existe algo en común: el silencio, un estado practicado desde la ejecución de la obra que concluye con la contemplación del espectador.

“Hay aspectos del silencio del artista rupestre que coinciden con lo que he encontrado en los últimos años: silencios no como ausencias sino como presencias, como campo para la intimidad. El silencio como principio y no como término, como proceso creativo”, dijo el artista con más de 50 años de labor.

La serie, expuso quien fuera director de la ya extinta Galería de arte moderno y contemporáneo –de la también acabada Secretaría de Cultura–, se inscribe en un momento de creación “profunda” que tiene que ver con uno de sus procesos de vida ligado a la búsqueda y al encuentro.

En ese vaivén, dijo Gerardo Ramos, es que tomó atención de un aspecto esencial: el silencio, el cual lo conectó con el arte rupestre y el trabajo silencioso del artista –imaginado por Brito– al momento de pintar su obra.

Además del silencio, continuó, en su obra reciente existen características cromáticas y de procesos que se ligan a su actual estado creativo. De las primeras, son su afición a los negros y a los grises que se alejan de su habitual paleta de color marcada por los ocres, los sienas, los rojos Venecia y los rojos óxido. “Rara vez presento un parteaguas en mi obra. No es que esté dejando el color, sino que lo vivo y lo disfruto en silencio”.

Mientras que sobre lo otro, sobre su proceso, señaló que éste tiene que ver con la abstracción y la forma de creación con la obra, ya que implican “saltos, subidas y pintura con las manos”, a la manera en que lo hiciera, a mitad del siglo XX, el estadunidense Jackson Pollock con su “action painting”.

“Se trata –explicó el también profesor– de provocar en el observador una reflexión y un encuentro con la abstracción, algo que es rico porque ayuda a comprender que la abstracción no es más que una realidad: la nuestra”.

Ello, ahondó, porque la abstracción se refleja en elementos cotidianos y palpables, en las formas y la manera de hablar, en las “huellas que están en las paredes y en los silencios que indican momentos profundos de abstracción”.

Gerardo Ramos Brito indicó que por ello a las piezas –10 pinturas, una instalación y un video–, el espectador tendrá que verlas de frente, por los costados y desde varias alturas, posiciones e inclinaciones posibles, para que pueda aprehenderlas. “Que el observador descubra sus propios silencios y sus soledades, no la soledad del vacío sino aquella llena de formas y vivencias”, llamó el pintor.

Agregó que la idea es que el espectador note las superficies delgadas de pintura que integran la obra, que reflejan también el momento de saturación propio por el que pasó, mismo que le llevó a abandonar las grandes plastas de materiales sobre el lienzo, ya que se convirtió en un “recurso fácil”. Su reto, entonces, fue hacer una “textura visual” a través de capas delgadas de pintura aplicadas con energía, tal como ocurre con la llamada pintura gestual.

En ese sentido, para la curadora Mariela Arrazola el pintor poblano logra en sus obras un silencio visual que lo colocan más allá del arte moderno y lo posicionan en lo contemporáneo. “Me considero un contemporáneo. Lo soy. Aunque la fachada sea una cosa, el interior es otro: soy un joven”, acotó Ramos Brito.

La exposición “Trazos desde el fondo del silencio” estará abierta al público hasta el 3 abril de 2016, de lunes a sábado de 10 a 19 horas y domingo de 10 a 18 horas, con entrada libre. El Museo Tecnológico de Monterrey está ubicado en 4 Norte número 5, en el Centro Histórico de la ciudad de Puebla.

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