Desde hace algunos años hay un movimiento de mujeres contra la tiranía de la moda femenina de talla única, que presentan, por ejemplo, las modelos de ropa íntima de la marca Victoria’s Secret, que discriminan al resto de las mujeres que no son como ellas. Sus presentaciones son una apología de la delgadez y se considera que esas mujeres no son “reales”, es decir, son una minoría que no nos representa al no ser como cualquier mujer que puebla el mundo.
Este movimiento ha desembocado en una campaña internacional que expone que llegó la era de la “mujer real” que está en contra del uso de photoshop y la talla única.
Por tradición se cree que la gordura es fea y que las mujeres de talla grande tienen que disimular su volumen vistiéndose de negro, con ropa poco femenina y nada sexy que parece costal de papas. Esta campaña y la tendencia que está marcando, habla de que se puede ser gorda y guapa, y se pueden vestir de manera juvenil, sexy y femenina.
Día a día este movimiento toma más fuerza. En la actualidad las fábricas de ropa, buscan a mujeres plus sizes para presentar sus tendencias en la moda y con ellas realizan sus desfiles. Estas modelos no solo incluyen a mujeres de tallas grandes, también incluyen modelos albinas, jóvenes con síndrome de down y mujeres adultas mayores que pintan canas y pasan de los 60 años.
Este movimiento ha crecido con el apoyo de un gran número de mujeres en el mundo donde se hace hincapié en que cualquier mujer, sea como sea, puede sentirse guapa, femenina y vestir a la moda.
Esto no significa que las “mujeres reales” estén contra las modelos de talla única. Simple y sencillamente buscan su lugar en un mundo cada vez más plural.