Quien no se haya parado en un salón de clase, frente a un grupo de niñas y niños, no tiene la menor idea del significado del magisterio; de ahí que sus críticas nunca den en el centro. Cada grupo tiene una particularidad, cada niña o niño son diferentes, cada año escolar se encuentra una nueva fuente de aprendizaje en cada uno de los pequeños, como maestra o maestro ante grupo se aprende a reconocer a los niños que llegan tristes o cansados a la escuela, con sueño, se aprende a conocer a quienes no han desayunado, a quien tiene alguna dificultad para aprender. En cada ciclo escolar, los “profes” se esfuerzan por atender todas y cada una de las necesidades que cada niño presenta, y que serán diferentes, totalmente diferentes en el siguiente ciclo, experiencias que te hacen crecer como maestra o maestro cada año.
Los cursos de actualización profesional docente se ha llevado a cabo desde siempre, cursos de formación continua y evaluación impartidos por la SEP que ciclo tras ciclo, inventa soluciones generales, desmorona los planes y programas, cambia los libros de texto y elimina contenidos. Si la calidad de la educación ha disminuido, créamelo, no es por los maestros, es por los cambios que sin ton ni son emprende la propia SEP, haciendo cambios que pretenden meternos a la fuerza en zapatos que no corresponden a nuestra talla.
Entonces ¿qué motiva la furia del Estado contra el magisterio? La mal llamada reforma educativa, no es otra cosa que una reforma laboral, mal instrumentada, una imposición de la OCDE que según las autoridades se debe acatar cueste lo que cueste.
El pasado fin de semana, las sedes de aplicación del examen, para vergüenza del gobierno, fueron custodiadas por granaderos y policías, mismos que en algunos lugares enfrentaron a los maestros. ¡Qué pobreza del gobierno! Tratando a sus maestros como si fueran delincuentes. No hay diálogo, hay garrote.
EL desempeño profesional de un docente en toda su vida o con 5, 10, 15 años y más de labor educativa, se “evaluarán” en un solo examen, al que no se tiene derecho a revisión, un examen totalmente antipedagógico, en dos sesiones de cuatro horas consecutivas, evaluados en reglamentos y no en los contenidos programáticos, y que calificaran al docente como idóneo, apto, o no apto, destacado o insuficiente, que quita de un tajo toda estabilidad laboral, ¿de qué forma un examen en esas condiciones hará mejorar el desempeño del maestro? Quién sea idóneo hoy, la siguiente evaluación puede no serlo, porque estos exámenes no son para elevar la calidad de la educación sino para eliminar los derechos laborales de los maestros y echarlos a la calle. El examen impacta en la permanencia del maestro en su trabajo y lo dice la actual ley del servicio profesional docente.
Difícil situación del magisterio democrático en el país, que pide un diálogo abierto de cara a la nación y como respuesta recibe amenazas e intimidación. Si se pudiese evaluar el desempeño de Aurelio Nuño y de Peña Nieto ¿cuál cree usted que sería su resultado?
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