De concretarse los proyectos de perforación de pozos por la vía de fracking en la Sierra Norte de Puebla, se consumiría el equivalente del agua que necesitan siete millones de personas al año, advirtió Aroa de la Fuente, investigadora de Fundar, Centro de Análisis e Investigación.
De la Fuente dictó la exposición “Fracking: ¿qué hay, qué viene, cómo se expresa en el territorio?”, dentro de la Primera Jornada por el Territorio de la Sierra Norte de Puebla, que se desarrolló ayer en la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP).
En el acto coincidieron representantes de comunidades y municipios afectados por proyectos mineros, hidroeléctricos y de extracción de hidrocarburos, líderes de organizaciones que defienden el territorio, académicos y activistas, quienes reiteraron su rechazo a ese tipo de actividades industriales.
Estuvieron presentes enviados de organizaciones como el Comité para el Ordenamiento Territorial Integral de Cuetzalan (COTIC), la Unión de Cooperativas Tosepan Titataniske, Poder, Fundar, el Consejo Tiyat–Tlali, Tetela Hacia el Futuro y la Alianza Mexicana contra el Fracking.
También llegaron personas de Teziutlán, San Felipe Tepatlán, Ixtacamaxtitlán, Olintla, Cuyoaco, Huauchinango, Venustiano Carranza y Francisco Z. Mena, entre otros.
En ese marco, la investigadora de Fundar advirtió que hay al menos 35 municipios en la Sierra Norte de Puebla que serían perjudicados por actividades de fracking, según se infiere del Manifiesto de Impacto Ambiental del Proyecto Regional Poza Rica–Altamira y Aceite Terciario del Golfo 2013–2035, que Petróleos Mexicanos presentó y retiró el año pasado.
La investigadora dijo que se tiene información de que el área susceptible de ser explotada para extraer hidrocarburos en la Sierra Norte de Puebla es similar a la de Bakken en Estados Unidos, donde hubo un crecimiento exponencial desaforado, pues su explotación inició en 2000, para 2005 tenía 300 pozos, seis años después, en 2011 ya había 4 mil pozos y hasta el año pasado tenía 11 mil 79 pozos.
Según el Manifiesto de Impacto Ambiental dado a conocer por la paraestatal, abundó De la Fuente, cada pozo demanda 40 mil barriles de agua, el equivalente a 6 mil 359 metros cúbicos del líquido o 6 millones 359 mil litros del mismo.
La investigadora dijo que, a pesar de que Pemex retiró el Proyecto Regional Poza Rica–Altamira y Aceite Terciario del Golfo 2013-2035 –entre otras cosas, posiblemente porque los precios del crudo han sido castigados por el mercado– es obvio que en algún momento se retomará y recomendó a los presentes en el Auditorio Carlos Marx de la Facultad de Economía de la Universidad Autonóma de Puebla, estar alertas y organizados para defender el territorio.
De la Fuententre señaló que los 35 municipios que serían afectados por el fracking se encuentran Cuetzalan, Tepatlán, Olintla, Huauchinango, Huehuetla, Tlatlauquitepec y Tepatlán.
Energía para Wal Mar
Por su parte, la investigadora Patricia Legarreta, de Poder –una organización especializada en la vigilancia y transparencia de las empresas–, dictó la conferencia “Hidroeléctricas ¿alternativa frente al cambio climático o privatización de los bienes comunes?” y se refirió en concreto al proyecto hidroeléctrico Puebla 1, que promueve la empresa Comexhidro.
Aseveró que la hidroeléctrica es evidentemente para beneficio de empresas transnacionales y cadenas, pues a tiendas como Wal Mar, Suburbia, Waldo’s y los restaurantes VIPS, Colchas México y a una particular identificada como Ileana Jinich Mekler, lo que echa por tierra que ese tipo de proyectos son para beneficio público.
La investigadora recordó que otro proyecto hidroeléctrico de Comexhidro en Zongolica solo sirve para abastecer a mil 114 sucursales de Wal Mar.
Añadió que la hidroeléctrica de Zongolica fue financiada con fondos del Departamento de Estado de Estados Unidos y por el Banco Nacional de Obras.