Domingo 9 de noviembre de 2014. Apenas amanecía y en las redes sociales ya circulaba un trabajo periodístico titulado La Casa Blanca de Enrique Peña Nieto. Publicado originalmente en el sitio Aristegui Noticias y difundido simultáneamente en el semanario Proceso, el diario La Jornada y el sitio Sin Embargo –a semejanza de la difusión de los cables de WikiLeaks–, el reportaje realizado por Daniel Lizárraga, Rafael Cabrera, Irving Huerta y Sebastián Barragán completaba el fin de semana negro para la administración peñista.
A la controversia generada por la cancelación sorpresiva de la licitación del tren de alta velocidad México–Querétaro, una de las grandes obras anunciadas por Peña Nieto al inicio de su administración, y al malestar ocasionado por el “ya me cansé” de Jesús Murillo Karam para finalizar la conferencia de prensa donde presentó la “versión histórica” de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, se le sumó la revelación de una casa, con valor de 7 millones de dólares, construida al gusto del presidente por parte de uno de los contratistas favoritos durante su gestión al frente tanto del Ejecutivo estatal como del federal, Juan Armando Hinojosa Cantú, dueño de Grupo Higa y cuya empresa –Constructora Teya– formaba parte del consorcio ganador que construiría el tren de alta velocidad.
La historia tras la publicación es ampliamente conocida. La presidencia de la República, como en otros casos, otorgó una respuesta tardía y poco creíble, a través de un vídeo publicado en you tube donde Angélica Rivera se asumía como dueña de la casa de las Lomas y explicaba el cómo la había adquirido. El presidente revivió a la Secretaría de la Función Pública (SFP), nombró a un cercano como su titular y le ordenó realizar una investigación para resolver si hubo un probable conflicto de interés entre él, su esposa y Luis Videgaray, dueño de una casa en Malinalco, estado de México, también adquirida con Grupo Higa. La investigación, como era previsible, los exoneró, mientras que el equipo de la Primera Emisión de Noticias MVS, encabezado por Carmen Aristegui, fue echado de la empresa de los Vargas con un fuerte olor a venganza presidencial. En contraste, ya fuera del aire, Carmen y compañía recibirían el Premio Nacional de Periodismo, el Premio de la Iniciativa para el Periodismo de Investigación en las Américas y el tan renombrado, Premio Gabriel García Márquez de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano.
A un año de la revelación, circula desde la semana pasada el libro La Casa Blanca de Peña Nieto. La historia que cimbró un gobierno. Texto que, además de ampliar el reportaje original, da cuenta de cómo se realizó la investigación; presenta el reportaje El jardín privado de Luis Videgaray –el cual iba ser transmitido en MVS pero la expulsión del equipo lo impidió– y un perfil sobre Hinojosa Cantú.
Texto de indispensable lectura. Para los estudiantes de comunicación y periodismo, o para aquellas personas interesadas en este oficio, un libro de texto, un manual con un capítulo exprofeso de cómo realizar una investigación; cómo indagar hasta el último detalle para que “no se caiga la nota”; cómo hacer periodismo de investigación a partir de la portada de una revista del corazón hasta llegar a una historia que puso en jaque a un gobierno. De cómo “jalar la cola de la rata” hasta sacar el cuerpo entero.
Para la sociedad en general, un libro para adentrarse en las relaciones entre los poderes políticos y económicos; una historia que dibuja de cuerpo entero la corrupción que impera en nuestro país, donde el presidente, su esposa y su secretario son absueltos de cualquier culpa y los periodistas, con pruebas en la mano, son echados a la calle. Un texto donde, se lee en la contraportada del libro, “el lector se enfrenta a una compleja trama que deja ver cómo en el primer círculo de poder der la nación están más interesados en hacer negocios con particulares que en gobernar”.
La Casa Blanca de Peña Nieto, un reportaje que quedará para la historia del periodismo mexicano; un ejemplo de la batalla por la libertad de expresión y el derecho a la información y en contra de la censura. Un texto premiado que busca ser silenciado.