Petra Llamas García dirige un área neurálgica de la SEP en Puebla y al mismo tiempo ha sido la funcionaria que más conflictos ha causado; sin embargo, por alguna extraña razón, en esa dependencia se le brinda una protección especial, siendo una prueba de ello que todo indica que esta funcionaria no tiene acreditados sus grados académicos y eso la imposibilitaría para seguir ocupando la Dirección de Control Escolar, pero en lugar de ser removida la secretaría desde hace cuatro meses se ha negado sistemáticamente a informar de los antecedentes de esta mujer.
Una posible explicación de esa protección se debe a la vinculación que Petra Llamas tiene con la empresa Proyecto Educativo, con sede en Baja California, la cual es una compañía que obtuvo un millonario contrato para vender servicios de modernización tecnológica –sin que mediara una licitación– a la SEP estatal.
Ya que uno de los representantes de Proyecto Educativo es Luis Vidal, quien a su vez se desempeña como asesor de Petra Llamas en la Dirección de Control Escolar. De Llamas García se ignora si nació en España o es de origen español.
Tampoco se sabe si tiene el grado de licenciatura o posgrado, y en qué áreas. Se desconoce si sus estudios los realizó en la península ibérica y no los ha acreditado ante la Dirección General de Profesiones en México, o si no concluyó la carrera en que estuvo matriculada.
Sobre toda esta información un particular, de nombre Salim Salomé Guzmán, desde hace cuatro meses ha solicitado a la SEP que le informe y la respuesta es un silencio cómplice de la Secretaría de Educación Pública.
Hace unos días Salomé Guzmán le presentó un escrito dirigido directamente a Petra Llamas y cuando llamó a la oficina de la funcionaria para solicitar la fecha en que le contestará, la respuesta que un asistente le dio, palabras más, palabras menos, fue:
“Ella no le responde a ningún indígena mexicano”, haciendo alusión a sus orígenes españoles.
Tal situación plantea un comportamiento racista, prepotente y negligente de Petra Llamas. En su carácter de funcionaria está vinculada a un atraso en el proceso de elaboración de títulos profesionales, tanto de instituciones públicas como privadas. También a que al finalizar el pasado ciclo escolar no se pudieron entregar a tiempo las boletas de calificaciones en la mayoría de las escuelas de nivel básico de todo el estado.
En un gobierno sensible y responsable, una persona como Petra Llamas, por su comportamiento ineficiente o su racismo, ya tendría que haber sido despedida desde hace mucho tiempo. Pero como en la actual administración todos emulan el autoritarismo de Rafael Moreno Valle, nada de esos abusos se corrige.
Nadie responde
Salim Salomé Guzmán presentó el pasado 11 de julio un oficio ante Antonio Argüelles Díaz González, quien era el encargado de despacho de la SEP, para que con base en el derecho de petición estipulado en el artículo 8 de la Constitución le informara lo siguiente:
Si Petra Llamas tiene grado de licenciatura o de posgrado, y en qué áreas y con qué números de cédulas profesionales. Asimismo pidió que se le comunicara si es mexicana o de otra nacionalidad.
Son datos que cualquier ciudadano tiene derecho a saber y que en la SEP no debería haber ningún obstáculo para proporcionarlos. El caso es que nunca le respondieron al solicitante, por lo cual el 14 de agosto presentó una queja ante la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla (CDH) contra la nueva encargada de despacho de la Secretaría de Educación Pública, Patricia Gabriela Vázquez del Mercado Herrera, por la negativa a contestar. Este columnista tiene una copia del escrito entregado a la CDH, que tiene el sello de recibido.
La CDH, que es un apéndice del gobierno estatal, de manera absurda –por no decir estúpida– para evitar dar cause a la queja recurrió al barato recurso de notificarle a Salim Salomé, mediante un escrito –con número DQO 1485/2015– que dejaron tirado en el jardín de su casa, que tenía tres días para presentarse a “precisar” el contendido de su queja presentada ante “la Comisión Nacional de Derechos Humanos”, o de lo contrario su recurso sería desechado.
El 21 de septiembre el ahora agraviado presentó un escrito para quejarse por el negligente trato de la CDH, que de manera dolosa inventó que la queja no la recibió el organismo sino que llegó a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, todo con el propósito de no investigar por qué la SEP no respeta el derecho de petición Salim Salomé.
Un día después presentó otro escrito, ahora en la oficina de Petra Llamas García, el cual tampoco le han respondido y ya le dijeron que no le van a contestar porque es “indígena mexicano”.
La única vía que queda por explorar es la del juicio de amparo. Pero sobre todo preguntarse:
¿La SEP no responde a la información requerida solamente por la prepotencia y la negligencia que domina las actividades de esa secretaría?
¿O no contesta porque Petra Llamas no tiene los grados académicos que ostenta y la están protegiendo?
Algo tan sencillo tardará mucho en que lo sepamos por la opacidad que rodea al mundo de Rafael Moreno Valle.
Jiménez Merino sorprende
Es necesario reconocer que Alberto Jiménez Merino dio un giro de 180 grados el pasado fin de semana al reunir a más de 4 mil seguidores, a la plana mayor del PRI y al ex gobernador Mario Marín Torres, en su cumpleaños e inicio de campaña para buscar convertirse en candidato priista a gobernador. Dejó de ser visto como un aspirante sin fuerza y posibilidades de obtener la nominación.
Ahora tiene el reto de crecer en las simpatías de la militancia priista y el electorado en general en un periodo relativamente corto, de aquí a fin de año, pero sin duda tuvo un inicio que sorprendió.