Lunes, marzo 18, 2024

Teodoro Lozano, a 14 años de su muerte

El 10 de agosto se cumplió el décimo cuarto aniversario de la muerte del diputado perredista Teodoro Lozano Ramírez, por lo cual su familia, amigos y miembros de la Unión Campesina Emiliano Zapata Vive (UCEZV) refrendaron el homenaje a su vida y memoria, que vienen realizando en el Panteón Municipal de la ciudad de Puebla, donde yacen sus restos, y en San Pablo Actipan, desde su trágica muerte en 2001.


El asesinato de Teodoro Lozano, como siempre lo han denunciado su viuda, Alma Delia Méndez, y la organización, frente a la versión gubernamental de un accidente vial, derivó de la lucha por la tierra emprendida en la región de Tepeaca en tiempos del gobernador Melquiades Morales Flores, al cual responsabilizan directamente.

Teodoro Lozano, “que nació el 10 de septiembre de 1958 y murió el 10 de agosto de 2001, falleció luchando por la tierra a sus 42 años”, como se afirma en la placa develada en 2011 en San Pablo Actipan, en la conmemoración luctuosa de su décimo aniversario, se convirtió en un símbolo de esa lucha y en un elemento de cohesión para la organización, que año con año les permite recrear el conflicto que les tocó vivir para defender sus tierra y conservarlas, refrendando su decisión de conservar una forma de vida campesina.

Cada año, a partir de su muerte, la memoria colectiva se recrea y se aportan nuevos elementos que estuvieron en el proceso de resistencia, pero también en la comprensión de los hechos que derivaron en el asesinato de Teodoro Lozano, buscando desmembrar al movimiento que se gestó frente al proyecto Millenium, que buscaba despojarlos de su patrimonio y formas de vida.

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Hay una parte de esa historia oculta que todavía hay que develar y es uno de los propósitos que la UCEVZ y Alma Delia Méndez, su compañera de vida, se han planteado para 2016 como forma de honrar su memoria, pero también compartir a otros que luchan en estos momentos contra el despojo y la imposición gubernamental, que el poder siempre busca corromper, ofrece dinero a los asesores y líderes para “negociar”, es decir traicionar y así debilitar a las organizaciones y movimientos en sus demandas. Cuando eso no ocurre mayor violencia se desata contra los luchadores sociales, que son encarcelados o desaparecidos físicamente.

A Teodoro Lozano le costó la vida, a su familia y amigos los marcó su ausencia y a la UCEVZ les permitió transformar su dolor en acción, a partir de la cohesión, y les permitió evidenciar su dignidad campesina y convertirse en un actor social fundamental en la región, sabedores de los derechos que les asisten como seres humanos y ciudadanos.

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