Jueves, abril 25, 2024

Un libro sobre Cholula, testimonio de defensa y acto de resistencia sobre esta región cultural

Destacamos

La presentación del libro Cholula, la ciudad sagrada en la modernidad significó varias cosas. La primera, el hecho de ver reunidos un conjunto de textos que la antropóloga Anamaría Ashwell publicó en diversos momentos en los que expone diversos aspectos de la cultura cholulteca con un afán: la urgente necesidad de informar, reflexionar y debatir sobre el presente y el futuro del patrimonio cultural de San Pedro y San Andrés Cholula.

La segunda, es que el volumen se publicó al cumplirse un año de la defensa del patrimonio arqueológico, territorial y cultural del polígono y la zona arqueológica de Cholula, frente a la amenaza de construcción del llamado parque de las siete culturas con el que el gobierno estatal pretende convertir al sitio en un espacio turístico que pone en riesgo la historia, el presente y el futuro del lugar.

Otro significado más, es que su presentación dejó ver la organización existente –y milenaria– entre los habitantes de estos dos municipios que, por diversas razones –entendibles y justificables o no– habían permanecido en pugna hasta que la defensa de su patrimonio los llevó a unirse en una sola causa.

Un punto más es que su aparición también devela la “convicción de defensa” que han emprendido historiadores, antropólogos, arqueólogos y otros investigadores sociales, incluidos aquellos que son miembros del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y que se oponen, desde adentro, a la postura de complacencia que ha tomado este organismo gubernamental respecto a proyectos de este tipo. También de aquellos vecinos –los “güeritos”– que, no siendo originarios del lugar, se han unido a la lucha.

En suma, el libro Cholula, la ciudad sagrada en la modernidad editado por el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades Alfonso Vélez Pliego de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) representa una suerte de testimonio racional y argumental, a la vez de un acto de resistencia y hermandad ciudadana, que giran en torno a la defensa del patrimonio material e inmaterial de esta región cultural.

Destaca que la venta del material bibliográfico servirá para que los miembros del movimiento de defensa publiquen una petición al presidente Enrique Peña Nieto: que se realicen verdaderas investigaciones arqueológicas del sitio porque, como dijo uno de los asistentes a la presentación: “Todavía no conocemos lo que hay en el subsuelo y ya pretenden llenarlo de cemento”.

 

La deuda con lo indígena es la investigación y el rescate de su cultura

 

Durante la presentación de este volumen, Anamaría Ashwell señaló que las 154 hectáreas que conforman la zona protegida desde 1993 representan un suelo de importancia arqueológica que, además de contener las trazas de la civilización mesoamericana, sostienen sobre sí otro acto cultural singular: la religiosidad expresada por más de 40 pueblos hacia la virgen de los Remedios.

Ello, dijo, no ha sido atendido ni por el gobernador Rafael Moreno Valle Rosas ni por el edil de San Andrés Cholula Leoncio Paisano, pues no han sido capaces de escuchar los razonamientos de la población. “Documentamos los sucesos como fueron. Aquí no se ha respetado ni las aguas ni las tierras ni las creencias de los pueblos; no se dialoga”, señaló.

Recordó que de los textos incluidos en el libro Cholula, la ciudad sagrada en la modernidad, mismos que desde la historia, la arqueología y el arte abordan al patrimonio arqueológico y cultural de la zona, algunos son conferencias que impartió a los principales, tlachias y mayordomos de las comunidades.

“Hay una ética que guía sus convivencias. Sus espacios sagrados son lugares legítimos que representan a los pueblos y los recomponen, y que si fueran secuestrados les restaría armonía. Por eso se valora este espacio: por su pasado, por su ética y su estética”, expuso la investigadora quien por varios años trabajó en la UAP.

Asimismo, señaló que algo importante es que “se está acabando el tiempo para acceder al mundo mesoamericano en Cholula” debido a todas las malas intervenciones que ha habido sobre el espacio.

“En el imaginario de Cholula el valor es lo efímero, anatema de la permanencia. Vivimos el triunfo de la mercancía, por lo que hay que parar estas intromisiones modernizadoras que no deben suceder, porque la deuda con la civilización indígena es la investigación y el rescate de su cultura”.

 

La tradición no requiere de lo oficial para existir

 

Para el antropólogo Julio Glockner, encargado del prólogo del libro que se distribuye en Profética, sede también de su presentación, es claro que las tradiciones culturales no necesitan “cacarearse” ni requieren de las instituciones oficiales para existir.

Incluso, expuso durante sus comentarios al libro, el acoso hacia ellas ha significado su extinción, su transformación y su ignorancia. “La cultura dominante ha entorpecido la realidad cultural del país. Ha sido un proceso de impostura que nos ha llevado a una ´indianidad´ aceptable, postiza, a una burda simulación de aprecio político”.

En ese sentido, Glockner señaló que esa “simulación de aprecio” se refleja en la decisión de dejar, en el sentido arqueológico, las cosas como están pues para el poder la lógica dice una cosa: que así como están sirven para hacer negocio. A este razonamiento, añadió, lamentablemente se ha unido el INAH y los gobernantes que van de paso para quienes los pueblos “son mágicos”.

Se trata, apuntó, de la idea equívoca que tradición se opone a la modernidad, cuando es claro que la tradición es una modernización orgánica y no el afán de aferrarse a un pasado que es inamovible.

Por ello, concluyó Julio Glockner, la tarea pendiente es reconocer la unidad que existe en lo diverso, además de informar y reflexionar sobre el futuro cholulteca frente a la imposición de proyectos, mismos que deberían ser consultados.

 

Un documental sobre la destrucción

 

A la par del libro Cholula, la ciudad sagrada en la modernidad, fue presentado el documental Luz bajo la tierra: la destrucción de Cholula que dirigió Juan Manuel Ramírez, estudiante del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la Universidad Nacioal Autónoma de México.

En él, a lo largo de sus 20 minutos, se retrata la oposición de los habitantes de Cholula a las obras ejecutadas sobre suelos protegidos por la declaratoria federal de zona de monumentos arqueológicos, acusando la imposición autoritaria del proyecto que cuenta con recursos estatales y federales.

El cortometraje evidencia la destrucción de vestigios importantes en el sitio e incluye una entrevista con la antropóloga Anamaría Ashwell, el testimonio de Adán Xicale, activista cholulteca quien lleva más de siete meses preso en el penal de San Pedro y la sensible opinión de doña Fany, cholulteca nacida en 1930 en San Andrés que representa el arraigo, el amor y la permanencia sobre este terruño.

El documental está disponible en https://www.youtube.com/watch?v=HpgAXnH7mCY

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