Qué viene es difícil saberlo. Qué somos, somos una universidad que se ha forjado a base de continuidad en muchas de sus ideas, de su visión, y también de los cortes, de los choques en los años 1975 y 1976, en 1985 o en el 2000. Esta es una universidad en el concepto resiliente, es decir, que recibe el impacto de las cosas negativas y las absorbe, que puede doblarse pero no quebrarse.
Lo anterior fue afirmado por el rector de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP) Luis Ernesto Derbez Bautista al referirse a esta institución que ayer, 1 de julio, cumplió sus primeros 75 años de vida académica en medio de una celebración llena de recuerdos y de reconocimientos hacia quienes han marcado su historia.
Entre esos cambios, continuó el rector de la UDLAP durante una entrevista, la universidad ha tenido una misma visión, aquella que es concebida por los estadunidenses como un “concepto liberal de educación”, en donde lo más importante es formar a la persona desde una visión: en la ayuda a sus semejantes, en su responsabilidad social y en la forma en que debe ser competente de manera profesional.
“Eso es lo que sigue para la UDLAP, porque eso es lo que ha permitido que se llegue a los 75 años de vida y que a pesar de todas las crisis no desaparezca sino que se fortalezca más”, señaló minutos después de inaugurar la exposición fotográfica “Guillermo Jenkins Anstead”, que se exhibe en el lobby de la Biblioteca universitaria.
Ello porque como rector a Luis Ernesto Derbez lo que lo motiva a seguir al frente de dicha institución es que México necesita a profesionales bien formados académicamente. “Si nosotros no formamos a la generación futura con la calidad humana necesaria para entender que se debe ser competente técnicamente pero que además se tiene que compartir y no puede dejar a nadie detrás, que hay que repartir y distribuir, que la riqueza que te da la educación la puedas pasar a tus semejantes, si no logramos formar a esas gentes, México va a ser un país con muchos problemas”.
Convencido, dijo que la tarea de la UDLAP es formar más jóvenes, con mejor preparación académica y tecnológica, con más visión de mundo global y además con los conceptos de compartir, distribuir y ayudar.
“A mí me motiva mucho, me parece que es lugar correcto para hacerlo. Qué formamos pocos porque somos una universidad privada a pesar de los 8 mil alumnos o los 9 mil que habrá en el siguiente semestre, o los mil 500 que se gradúan, es cierto, pero si formamos esa élite con responsabilidad social, este país será otro”.
Dijo que eso, para la UDLAP, es más importante forjar, incluso por encima de “hacerse rico, estar en una empresa, ganar millones de dólares”, ya que al final lo que queda es formar un legado de personas que dejen un mejor país.
Sofía y Guillermo Jenkins, patronos de la Fundación de las Américas Puebla
Para conmemorar los 75 años de la UDLAP se realizó, la noche de ayer, una celebración en el auditorio de la universidad, el cual fue remodelado y nombrado “Guillermo y Sofía Jenkins”, quienes en persona, fueron homenajeados y nombrados como Patronos eméritos de la Fundación de las Américas Puebla.
Ante decenas de invitados especiales, el rector Luis Ernesto Derbez ofreció un sentido discurso en el que recordó que el 14 de junio de 1958 Sofía y Guillermo Jenkins se casaron, ceremonia al cual asistió, para luego 50 años después, en el año 2008, recibir una oferta: el ocupar el cargo como rector de la UDLAP.
Dicha oferta, contó, la aceptó porque notó que la pareja perseguía el mismo fin que él buscaba: desarrollar una universidad con libertad de corriente y de pensamiento, con autonomía administrativa, con tolerancia a todas las opiniones, y con libertad académica institucional.
De Guillermo Jenkins, Derbez Bautista contó que desde que lo conoció supo ver en él varias virtudes: su honestidad, caballerosidad, tolerancia y humildad, las cuales son escasas en el México de hoy, en el que privan la deshonestidad, la intolerancia y la soberbia.
“En 35 años no ha cambiado. Sigue con su opinión basada en hechos, buscando la mejor solución para ayudar a los jóvenes para que tengan un futuro mejor. En su actuar no he visto rencor, y su fortuna no ha sido para atesorarse sino para compartirse”, expuso.
De Sofía Jenkins, en cambio, resaltó que es “uno de los pocos ejemplos en que la belleza exterior es opacada por la interior”. Ella, continuó, es generosa, sonriente, amable y franca, y privilegia las artes, la educación y la juventud.
“La patrona de la Fundación Jenkins siempre ofrece más posibilidades para que los jóvenes puedan educarse y para que sus talentos salgan a flore. Además de su familia natural, está aquella que ha construido, que se extiende hacia los jóvenes, a quienes respalda para estudiar o transformarse como artistas”.
De frente al rector, Sofía Jenkins ofreció otro sentido discurso: “Nunca nos habían dicho tantas cosas, exageraste. La emoción que sentimos se agradece por el esfuerzo que han puesto en la universidad. Me siento afortunada. A todos los rectores los recuerdo con cariño”.
Asimismo, Guillermo Jenkins dijo que en el fondo, las palabras expresadas por el rector Luis Ernesto Derbez, sólo servían para una cosa: para animarlos más y hacer lo posible en seguir respaldando y promoviendo la educación en México.
“La educación es la base para una buena sociedad, para que un país sea sano y prospere. Las palabras exageran pero nos animan más para colaborar con la comunidad, con los profesores, para hacer todo lo posible y seguir adelante, para conseguir el éxito que todos buscamos”.
Destaca que a la par de Sofía y Guillermo Jenkins también fueron recordados y homenajeados cuatro rectores de la UDLAP: Henri L. Cain, fundador del que fuera el México City College, que supo tener la “visión” de establecer esta institución dirigida a los estadounidenses, un grupo creciente en México; Ray Lindley, el tercer rector que en 1962 se encargó de la procuración de fondos entre los miembros dela comunidad, sobre todo con la Fundación Jenkins; Fernando Macías Rendón, el primer rector mexicano en 1975 que se caracterizó por encabezar una etapa importante en la universidad conocida como de “mexicanización” ya que incrementó la matrícula con alumnos nacionales; y Enrique Cárdenas, quien durante 16 años logró consolidar a la institución.
27 mil 376 días de la UDLAP
Hace 75 años, el 1 de julio de 1940 en la calle de Tacubaya de la colonia Roma, en la Ciudad de México, se fundó, con apenas con cinco alumnos y cinco maestros estadounidenses, el México City College, siendo la segunda universidad privada que inició actividades en el país.
Esos 75 años de historia fueron narrados a través de un video, que colocó a la UDLAP dentro de su contexto mexicano, marcado por los cambios políticos, culturales y sociales.
En dicha historia quedó asentada la forma en que de ser el México City College, la institución transitó hasta convertirse en la universidad que ahora es: su crecimiento paralelo –en 1954– a la Fundación Mary Street Jenkins; la denominación en 1961 de University of the Americas; y su castellanización, en 1968, que la llevó a ser conocida como la Universidad de las Américas A.C.
Asimismo, la manera en que la fundación asignó los fondos, en 1966, para que se estableciera en el municipio de Cholula, en la hacienda de Santa Catarina Mártir –de más de 80 hectáreas–, inaugurándose el campus en julio de 1970. También, los cambios que ocurrieron en 1985 al separarse de la UDLA de la Ciudad de México.
Es así como desde 1940 a la fecha han transcurrido 27 mil 376 días de la UDLAP, con 11 rectores que han pasado en su administración, con más de 30 mil egresados y con una matrícula actual de más de 8 mil alumnos.