A una semana de la elección, se ha presionado a todos los directivos de la estructura oficial de gobierno para que se vuelquen en apoyos a los candidatos del PAN. Los casos más extremos se registran en los distritos de Tepeaca y Teziutlán, que es donde se está registrando el mayor grado de disputa por el poder, pues en esa demarcaciones se están utilizando a los estudiantes de institutos tecnológicos y de otras instituciones a donde ya hay alumnos en edad para votar, para que consigan sufragios a favor de los aspirantes del albiazul a cambio de dinero y de puntos en sus calificaciones.
Teziutlán y Tepeaca se han convertido en los distritos más emblemáticos de este proceso electoral, ya que ahí el gobernador Rafael Moreno Valle mandó a dos de sus mejores candidatos: Juan Pablo Piña y Mario Rincón, quienes están en riesgo de ser derrotados por los priistas Nancy de la Sierra y Alejandro Armenta Mier, quienes de venir de una situación de completa desventaja han logrado rebasar a sus oponentes en los índices de preferencias del voto.
Por eso se está echando mano de todas las estrategias de fraude para intentar hacer ganar a como de lugar a Piña y Rincón, sin importar que a los alumnos de las escuelas de educación superior o de grado técnico –que dependen del gobierno del estado– se les tenga que dar clases exprés de fraudes, de inmundicia y de corrupción.
Una fuente confiable narró que en los últimos días a muchos de los alumnos de los tecnológicos de esas demarcaciones se les ha estado distribuyendo listas de folios, para que el día de los comicios anoten en la mano el número de uno de esos folios y al momento de votar, se tomen una fotografía con el teléfono celular en donde se vea el número en cuestión y una boleta tachada a favor del PAN.
Posteriormente esa fotografía la deben enviar desde el teléfono al celular de un coordinador, quien llevará el registro de los alumnos que cumplan al pie de la letra esa estrategia de alquimia electoral.
El alumno que cumpla con esa práctica de control, se dice, lo recompensarían con dinero y con aumento en su puntaje de sus exámenes finales.
Pero si además un alumno logra que otros 10 adultos hagan lo mismo, ya sean familiares o conocidos, el pago se eleva a puntos en calificaciones, dinero y regalos especiales.
Y si esa práctica se extiende a más de 20 personas, entonces la lista de “incentivos” se incrementa e incluye dinero, buenas calificaciones, regalos y una beca para el próximo año escolar.
Asimismo, a los alcaldes panistas y perredistas de todo el estado se les dio la orden de instalar retenes en las cabeceras y juntas auxiliares, para detener a todos los vehículos que sean del gobierno federal, en particular de la Secretaría de Desarrollo Social, o que crean que son manejados por miembros del PRI.
Les han dicho que no deben temer, ya que la Procuraduría General de Justicia no va a proceder contra nadie que participe en esas detenciones arbitrarias, pese a que se configuren los posibles delitos de privación ilegal de la libertad.
Dicho de otra manera, el próximo domingo 7 de junio muy probablemente vamos a presenciar una de las elecciones más sucias de los últimos 25 años.
Rafael Moreno Valle se juega mucho en esta elección, ya que si el PRI logra ganar en distritos claves como Teziutlán, Tepeaca, Tehuacán, Huauchinango y algunos de la capital, se mandará el mensaje de que el aparato electoral del gobernador sí puede ser vencido.
Y eso podría significar oxigenar a las fuerzas de oposición para que tengan la capacidad de salir a disputar el poder al morenovallismo en las dos siguientes elecciones locales en que se definirá un mini–gobernador y un titular del Poder Ejecutivo para un periodo de seis años.
Hasta ahora, la sucesión en la titularidad del Poder Ejecutivo en el año 2016 pareciera que se decidirá únicamente en el seno del grupo político de Moreno Valle, pues se parte de la idea de que nadie puede hacer frente al aparato electoral del morenovallismo.
Pero si se abren boquetes en los distritos antes mencionados, quedará exhibido que el poder autoritario de Moreno Valle está declinando.
A eso obedece la necesidad de los morenovallistas de salir el próximo domingo 7 de junio a robar votos al más viejo estilo de la alquimia priista de los 80.