La Comisión Nacional de Derechos Humanos reveló que dentro de los penales de Tehuacán y la ciudad de Puebla las internas pueden prostituirse; además, son objeto de maltrato físico y psicológico, golpes, humillación y hasta discriminación.
La información fue arrojada en el “Informe especial sobre las mujeres privadas de la libertad en los centros de reclusión de la República Mexicana”, que efectuó el organismo en los principales penales del país.
El estudio es un diagnóstico de las cárceles de México, en las que detectó que las internas son víctimas de abuso sexual, prostitución, golpes y maltrato psicológico.
Tan solamente en los casos de Tehuacán y Puebla se encontraron 18 incidencias como marca el documento puede consultarse a través del portal del organismo federal.
A través de las encuestas anónimas, las internas denunciaron maltrato físico y psicológico, amenazas y golpes, así como humillaciones y tratos discriminatorios infligidos por el personal directivo, técnico o custodios.
El informe es resultado de una investigación llevada a cabo por la CNDH en febrero y marzo de 2014, cuando visitó 77 de los 102 centros penitenciarios que albergan mujeres, donde en esos momentos había alojadas 11 mil 107 internas.
Esto arroja que existe una sobrepoblación en la mayoría de las cárceles de México durante el año pasado.
El organismo, además, obtuvo datos sobre la práctica de prostitución en 20 penales de los estados de Coahuila, Chihuahua, Distrito Federal, Guerrero, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Sinaloa, Quintana Roo, Sonora, Tamaulipas y Veracruz.
En el documento se lee que “el sistema penitenciario de nuestro país no atiende en la gran mayoría de casos de manera adecuada, a los requerimientos específicos por razón de género señalados en la norma vigente, lo que trae como resultado que las graves carencias en materia de recursos humanos y materiales se acentúen en los centros de reclusión que alojan mujeres”.
Asimismo, el estudio de 15 cuartillas revela la falta de espacios para el desarrollo de sus actividades, áreas deportivas o acceso para personas con alguna discapacidad física.
Tampoco cuentan con protección a personas sancionadas, locutorios, cocina, comedores, así como aulas, talleres, bibliotecas y un espacio para visita familiar e íntima.
Específicamente, en el Cereso de Tehuacán las internas acusaron haber sido víctimas de discriminación y humillación.
Entre otras cosas, no tienen lavabos, regaderas, ventilación, iluminación natural y artificial, mucho menos de comedor, lo cual genera la reproducción de fauna nociva que atenta contra su integridad física.
De la misma forma, no tienen áreas de protección, locutorios, talleres, aulas, bibliotecas, y un espacio de consulta médica y visita, tanto familiar como íntima, así como servicio de guardería o educación para aquellas prisioneras que son madres y sus hijos están con ellas.
Y la lista de deficiencias es interminable. Ninguno de los dos Centros de Reinserción Social cuenta con separación y clasificación por situación jurídica, es decir, están junto a personas de alta peligrosidad.
Por tal razón, la CNDH recomendó a las autoridades policiales correspondientes a tomar cartas en el asunto, con la creación de políticas públicas encaminadas a conseguir igualdad de género.