Viernes, abril 19, 2024

A tres años de su inauguración, el Paseo Ribereño es inseguro, está deteriorado y en desuso

Destacamos

Apenas se termina de cruzar el estacionamiento privado, un letrero saluda al visitante: “Convivir con la naturaleza implica responsabilidad”. La advertencia resulta una verdadera burla si se visita el Paseo Ribereño al mediodía, ya que la hediondez que emana a esa hora del río Atoyac, el tercero más contaminado de México es insoportable.

Tal vez por el tufo la gente ha dejado de visitarlo y luce abandonado entre semana: si desde que abre, a las 6 de la mañana, hasta las 9 de la mañana el lugar es apenas visitado por dos centenas de personas que se ejercitan, pasadas las 10 horas y hasta que cierran las puertas del acceso principal es casi un páramo: no habrá más de 50 usuarios de lunes a viernes en promedio a lo largo de sus cinco kilómetros.

La mayor parte de quienes disfrutan de esta obra que tuvo una inversión superior a los 130 millones de pesos, son jugadores de futbol, casi todos de la colonia Concepción Guadalupe y otras aledañas.

Tan poca es la afluencia de visitantes al Paseo Ribereño que ni siquiera los concesionarios de locales para la venta de alimentos y antojitos, ni los de los baños públicos, se paran por el sitio entre semana.

En el primer tramo del Paseo Ribereño, el colindante con Cúmulo de Virgo y las zonas residenciales de la Reserva Territorial Atlixcáyotl, el pasto está cortado y el mobiliario en aparentes buenas condiciones, pero apenas se cruza el primer puente empiezan las muestras de deterioro: los barandales se están empezando a oxidar y más adelante –a la altura de la Avenida Frontera de la colonia Concepción Guadalupe– la pista hecha a base de caucho tiene hoyos, grietas y cuarteaduras.

Hay también algunas huellas de personas que han incurrido en actos de vandalismo: la señalética simplemente ha desaparecido en algunos cuadrantes del Paseo Ribereño.

De hecho, vecinos de la colonia Concepción Guadalupe, que fueron entrevistados por La Jornada de Oriente, aseguran que el lugar se ha convertido en refugio de delincuentes por las noches, gente que se cuela por tramos que no están protegidos con reja para consumir drogas y asaltar a quien se atreve a pasar a altas horas de la noche por ahí.

Lo dicho por los moradores de Concepción Guadalupe puede resultar inverosímil si se considera que hay policias en el ingreso principal, cámaras de vigilancia ubicadas más o menos cada 100 metros, casetas con vidrios polarizados para la estancia de uniformados, un par de civiles ciclistas habilitados como cuidadores que recorren frecuentemente el sendero y hasta botones de pánico a lo largo del recorrido.

“Pero es que el problema no es en la mañana ni en la tarde, ni siquiera en la noche, señor; el problema es en la madrugada, cuando se van los que jugaron futbol, como a la 1 de la mañana, vienen los pandilleros y se meten a hacer ahí quién sabe qué cosas, a drogarse y en diciembre asaltaban en la calle y se iban a meter ahí (al Paseo Ribereño) y por más que pedíamos ayuda nadie nos hacía caso. Ahorita ya no vienen tanto, pero sí llegan a venir”, expresó Carmen Hernández López, vecina del lugar.

–¿Y no activan los botones de pánico? –se les preguntó a los vecinos que denunciaron los hechos.

¡Señor, esos botones nada más están de adorno porque en la noche nadie nos hace caso! –contestó Carmen Hernández.

Viejos tufos

El Paseo Ribereño fue inaugurado el 4 de mayo de 2012, como parte de los festejos del 150 aniversario de la Batalla del 5 de Mayo en Puebla. Lo recorrieron el entonces presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, y el gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, con un séquito de funcionarios, líderes empresariales, representantes de organizaciones ambientalistas y enviados de medios capitalinos.

Calderón elogió en dicha ocasión al mandatario estatal y a Amy Louise Camacho Wardle, titular de la desaparecida Secretaría de Sustentabilidad Ambiental y Ordenamiento Territorial, por haber “controlado la contaminación del río Atoyac”, y hasta aseveró que de la misma manera que se “rehabilitó” (sic) el afluente se podrían sanear otros contaminados en el país.

“En el último siglo convertimos nuestros ríos en drenaje en basurero y lo que debemos hacer, antes de que sea demasiado tarde, es convertir los drenajes en ríos y eso es lo que estamos haciendo en el río Atoyac y el Parque Metropolitano”, expresó el entonces titular del Ejecutivo federal.

La realidad hoy es otra: el Atoyac es catalogado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) como el tercero más contaminado del país, y la semana pasada el director de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), Mikel Arriola, manifestó en una rueda de prensa conjunta con el titular de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, Guillermo Haro, que hay sustancias como el metileno y cloroformo en el manto fréatico que pueden dañare el ADN, “se debe revisar si la incidencia de leucemia es mayor en la zona que a nivel nacional”, aseveró.

Arriola anunció que se evaluará si hay tasas atípicas de cáncer en municipios que están en la vera del río, “por eso se hace el análisis, la medición se hará comparando la tasa de esos municipios con la tasa de mortalidad en materia de leucemia”, la tasa nacional es de 14 por cada 100 mil.

Haro explicó que al río llegan descargas industriales y municipales que contienen metales pesados, materia orgánica y otro tipo de contaminantes.

Pero más allá de los exámenes especializados que realicen las dependencias competentes, la polución del río Atoyac es evidente: salta a la vista a penas se echa un ojo a su cauce, pues la negra corriente arrastra llantas, bolsas de plástico, pedazos de concreto, pañales y hasta desechos de vehículos como bicicletas.

Ese es el paisaje que puede observar cualquiera que busque hacer ejercicio o tener un momento de recreación, relajamiento o esparcimieto en la millonaria obra situada en los márgenes del cuerpo de agua y que fue una de las primeras presumidas por el gobernador, Rafael Moreno Valle.

El hedor producido por la descomposición de las materias que al menos 14 industrias de Puebla y Tlaxcala, amén de casas habitación y “espontáneos”, arrojan al cuerpo líquido, fue controlado solo dos meses para su inauguración, por una bacteria que diseminada a lo largo del cauce.

Los vecinos de la zona ahora están preparándose para la temporada de calor, cuando el río despide un olor insportable: “Como si viviéramos en un basurero o en un cementerio, señor; creo que por eso la gente no viene a correr, vinieron los primeros meses, pero luego se fueron. Está muy bonito todo, pero el río sigue estándo puerco y sigue apestando a rayos”, finalizó Carmen Hernández.

Ultimas

Vecinos de Los Héroes piden apoyo a José Chedraui para resolver el grave problema de escasez de agua

Vecinos del fraccionamiento Los Héroes pidieron este viernes apoyo a José Chedraui Budib, candidato de Seguimos Haciendo Historia a...
- Anuncios -
- Anuncios -