En los dos últimos días para realizar la verificación vehicular en Puebla reinó el caos y fueron evidentes las prácticas de corrupción por parte del personal que operaba las máquinas en los centros verificadores de control de gases contaminantes, quienes llegaron a cobrar hasta mil pesos a dueños de autos que no pasaban la prueba o a automovilistas que llegaron sin cita a obtener el holograma.
Hubo nuevamente automovilistas que pasaron hasta 24 horas haciendo fila, como sucedió en el verificentro de Cholula, donde la hilera de autos llegó alcanzar hasta cinco kilómetros de largo, debido a que arbitrariamente los operadores de ese centro decidieron hacer caso omiso de las citas que habían hecho los propietarios de autos por internet y teléfono e hicieron pasar primero a cientos de automovilistas que llegaron sin haber reservado su lugar.
La tarde del sábado fue particularmente álgida, pues en el centro verificador de San Martín Texmelucan no solo fue insuficiente el servicio para aplicar el examen a los vehículos que llegaban con o sin cita, sino que repartieron únicamente 100 fichas para quienes buscaron acceder a la prórroga de 15 días que el gobierno del estado ofreció a los automovilistas que acudieran a los centros en el último día del calendario, que fue el 28 de febrero pasado.
En el verificentro de Texmelucan se repartieron solo 100 fichas y se calcula que al menos unos 700 automovilistas se quedaron sin la prórroga. Los dueños del centro simplemente decidieron cerrar las puertas, porque además solo una línea de las máquinas estaba en funcionamiento.
Enardecidos, los automovilistas –algunos de los cuales llevaban más de 10 horas haciendo fila– decidieron bloquear la carretera federal México–Puebla y así la mantuvieron durante dos horas, hasta que los propietarios del verificentro volvieron a abrir para repartir más fichas, las cuales resultaron nuevamente insuficientes.
Una situación similar sucedió en el centro verificador de la Central Camionera de Puebla, donde las máquinas colapsaron y el examen tuvo que suspenderse por cuatro horas, amén de que tampoco hubo fichas suficientes para quienes querían la prórroga para verificar en marzo.
El enojo hizo que los dueños de automotores bloquearan la circulación del bulevar Carmen Serdán durante un par de horas, hasta que el servicio de verificación se reestableció y se entregaron más fichas.
En el verificentro ubicado en la Calzada Zaragoza, de la capital poblana, los operadores separaron en dos grupos a los automovilistas, lo cual generó un poco de orden durante algunos minutos, pues avisaron que quienes iban solo por la ficha de prórroga tenían que llevar únicamente sus documentos y no el automóvil, lo cual no evitó que quienes ya contaban con cita tuvieran que sortear una fila de hasta dos kilómetros.
En el verificentro ubicado en las inmediaciones de la avenida Las Torres por la noche hubo un connato de bronca porque las personas que tenían una cita se percataron de que los operadores estaban dejando pasar a quienes llegaban de improviso, lo cual hizo que la espera demorara hasta tres horas.
Una situación similar ocurrió en el verificentro de la 25 Oriente, porque muchos automovilistas llegaron sin su cita previa y demandaban además que se les entregaran de inmediato las fichas para poder gozar de la prórroga.
La fila llegaba desde la avenida Manuel Lobato, a una calle de la 18 Sur, hasta la 2 Sur, cerca del Parque Víctor Hugo.
Abusos
Hubo también actos evidentes de corrupción, sobre todo porque, en sus desesperación, muchos automovilistas prefirieron comprar hologramas hasta en mil pesos, como sucedió en el Centro de Verificación de San Pedro Cholula, con el fin de evitar el pago de una multa por 20 salarios mínimos, que supera los mil 300 pesos por incumplimiento de la medida.
Una ciudadana que optó por comprar el holograma reconoció, sin embargo, que no sabe si éste es original, por lo que prefirió llegar desde las 7 horas del sábado al Centro de Verificación de San Pedro Cholula, que se ubica en la junta auxiliar de Santiago Momoxpan y el Periférico Ecológico, donde ya había una fila interminable que llegó hasta la inspectoría de Lázaro Cárdenas.
Denunció que el mismo joven que vendió la calcomanía a sus hermanos, el pasado jueves, se presentó este sábado sin problema alguno a trabajar en el verificentro y le ofreció la calcomanía en mil pesos.
En el Centro de Verificación de Las Torres la situación se salió de control desde el jueves, cuando los ciudadanos, cansados del mal servicio que se ofreció, decidieron encarar al administrador de la unidad a punto de los golpes.
Ahí, entre la fila de medio millar de vehículos, estaba Rosario Hernández, mujer de aproximadamente 55 años de edad, con una madre de 80 años que dejó recomendada con vecinos de Xilotzingo para poder iniciar el vía crucis de verificar. Como si fuera a un campamento, cargó el automóvil con comida para dos días, poca agua, por eso de no abandonar la fila por sus necesidades fisiológicas, chamarra y una colcha por si arreciaba el frío por la noche.
Angustiada por tener que dejar a solas a su madre, una anciana con problemas de salud, dijo que no era justo lo que estaba haciendo el gobierno del estado.
Lamentó la ineficiencia de la autoridad y el fracaso del sistema de verificación vehicular.
Sin embargo, la desesperación de Rosario no terminó este sábado, pues debido a que no logró que revisaran su vehículo, se le otorgó una nueva ficha para iniciar otra fila hoy lunes en la explanada del Complejo Cultural Universitario.
La entrega de fichas en desorden provocó la noche del sábado jaloneos entre los ciudadanos y los responsables del centro de verificación, quienes molestos gritaban a la gente que ya no esperaran, que mejor se fueran a descansar y el lunes iniciar una nueva fila en el CCU.
Fuentes de la Secretaría de Desarrollo Rural, Sustentabilidad Ambiental y Ordenamiento Territorial calcularon que se repartieron solo 7 mil fichas para poder tener derecho a la prórroga de verificación que se extendió para los primeros 15 días de marzo.