Desafortunadamente para los poblanos, el actual gobierno estatal no ha tenido entre sus prioridades al medio ambiente y los recursos naturales, que determinan en gran medida las condiciones de su salud y bienestar.
¿Sabrá Rafael Moreno Valle que un político moderno, visionario, honesto, responsable, comprometido con la vida, incluye como eje de su plan de desarrollo la preservación del medio ambiente, porque con ello se preserva la calidad de vida de la población, que es el objetivo principal de todo gobernante?
Un gobernador que se ocupa del medio ambiente trasciende a su tiempo y a su espacio, a su estado y a su país. Desgraciadamente veo al gobernador como una persona con una enferma e insaciable ambición de poder y poco interés en ser un buen estadista.
No me detengo a especular sobre la presumible ignorancia ambiental del gobernador y de su menosprecio a los impactos que tiene el medio ambiente sobre la calidad de vida de las presentes y próximas generaciones de poblanos. Primero sustentaré mi afirmación sobre el retroceso ambiental. Explico solamente algunos rubros dónde se dio el retroceso.
Hablemos del sector Forestal, suelos y vida silvestre. En el año 2006 se inició un programa forestal que tenía como objetivo recuperar en 30 años la superficie deforestada en el estado y convertir las zonas con vocación forestal con una actividad que fuera motor de un desarrollo regional sustentable.
El estado abandonó el programa, ahora solo entrega apoyos asistenciales y dejó la responsabilidad forestal en manos de la Conafor . Para el gobierno del estado no existe o no importan los más de 200 mil silvicultores que sobreviven y custodian un recurso natural que proporcionan invaluables servicios ambientales a todos los poblanos.
Con recursos del anterior gobierno del estado se inició la construcción de 36 viveros que operados por los silvicultores producían 36 millones de plantas que los silvicultores sembraban en sus propios predios con el apoyo económico y técnico de la Conafor y la extinta secretaría del Medio Ambiente. De esa forma se generaba empleo temporal e ingresos, se daba una salida a la tala y se capitalizaban las hectáreas y predios reforestados que subían de valor pues a los ocho años con trabajos de podas y aclareos los predios empezaban a generar ingresos para activar la economía de la región. Se les dio la espalda a los productores de cultivos comerciales, pinos navideños que competían con los de exportación.
Los programas se abandonaron, la infraestructura se encuentra deteriorada o desmantelada, las plantaciones dejaron de recibir mantenimiento, no hay reposición de plantas y todo el avance desapareció.
Las inversiones para modernizar y equipar a los aserraderos y así integrar la cadena de producción forestal para incrementar el valor y generar empleos productivos quedaron al garete, tal como ocurre con todas las actividades primarias, excepto la minería, que tiene un costo ambiental criminal para las generaciones presentes y futuras. Con los sistemas actuales de explotación la minería destruye vastas zonas, y una vez terminado el aprovechamiento, queda un paisaje desolador de miseria y abandono en los pueblos.
Se abandonaron las obras para recuperar el suelo y aprovechar agua mediante el manejo de micro cuencas que habían iniciado un proceso de recuperación de 15 mil hectáreas, principalmente en la Mixteca.
Se dejó de apoyar a las Unidades para el Manejo de la Vida Silvestre (UMAS), que reducen la caza furtiva y ordenan las actividades cinegéticas, logrando repoblar el venado cola blanca y el puma americano entre otras especies amenazadas. Esta actividad, el ecoturismo y el turismo de aventura daban a la población una alternativa más de ingresos en zonas marginadas de la Mixteca en dónde las oportunidades de empleo y de ingresos son prácticamente nulos, pero el abandono afecta todo el estado.
Mención especial merece el Parque Ecológico Flor del Bosques, que fue certificado por el Centro de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable como el centro de educación ambiental más importante del país, aún por encima de centros privados incluyendo Áfricam Safari y el tan publicitado y premiado a nivel nacional, Museo del Agua. Flor del Bosque contó con el primer centro de educación sobre cambio climático en el país con imágenes de satélite de la tierra casi a tiempo real. Por cierto, también se abandonó el plan que integra las Estrategias de mitigación y adaptación del Estado de Puebla ante el Cambio Climático. Se ha despedido a la mayor parte del personal y abandonado las instalaciones que tanto éxito tenían y tanto dinero costaron.
La ciudad de Puebla tiene un enorme déficit de áreas verdes; la recomendación es tener 9 m2 por habitante y no llega ni a tres en la parte urbana. El problema es que ya no tiene espacios donde reforestar, sólo es posible en los parques públicos y camellones. Sin embargo, estos se han cubierto de construcciones comerciales, estacionamientos y puentes, sacrificando los pocos árboles existentes. La ciudad se cubre de cemento porque aquí nadie sabe de recarga de acuíferos ni de olas de calor y sus efectos sobre la salud de la población.
*Exfuncionario de Comisión Nacional del Agua, Sistema Operador de Agua Potable y Alcantarillado de Puebla y titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales del gobierno de Puebla, 2004-2010.