Con la disposición de un total de 20 “lobolanchas” fue abierto el Paseo del Lago Universitario, un espacio que, como definió el rector de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), Alfonso Esparza Ortiz, es el “colofón” del proyecto de saneamiento de la laguna de Ciudad Universitaria, que dejó de recibir las aguas negras de las facultades y escuelas.
Durante la inauguración del espacio, al que también se añadió una cafetería y próximamente techumbre y una concha acústica para el auditorio al aire libre con el que ya se cuenta, el rector de la UAP recordó que anteriormente las aguas negras y las pluviales confluían en el mismo lugar, provocando la contaminación del espacio y un mal uso del líquido.
“Como ven no es únicamente la parte ornamental lo que se va a disfrutar, ya que seguramente será un atractivo para los jóvenes venir a esta zona del lago a descansar, a estudiar y a tener una recreación activa, sino que lo importante es que su apertura es el colofón de todo un proceso que se realizó en todo CU con respecto al drenaje, ya que todas las aguas llegaban aquí, lo que era parte de la contaminación”.
Esparza Ortiz explicó que el proceso incluyó la intervención de la Facultad de Ingeniería para detectar en donde estaban los drenajes y reorientar su sentido; luego, con el apoyo de Ciencias Químicas y Biología se hizo el análisis del agua.
Destacó que los universitarios podrán hacer uso de las 20 lanchas además de vestidores y chalecos salvavidas, ya que el espacio es “producto de las sinergias de la universidad”.
El proyecto estuvo a cargo de la Dirección de Obras de la Universidad y su titular Ignacio Morales señaló que el proyecto consistió en redirección del drenaje de CU, ya que descargaba en la laguna mientras que ahora se descargan a la planta tratadora.
“La laguna tiene una profundidad promedio de 1.31 metros y alcanza los 2.28 metros; el espejo de agua tiene un área de 10 mil 476 metros cuadrados, y un volumen aproximado de 23 mil 800 metros cúbicos; el largo es de 170 metros y el ancho es de 90”, señaló.
Morales acotó que el proyecto también incluyó la construcción de diversa infraestructura, como lo es un muelle flotante, una escalera metálica, las áreas de convivencia y pavimento deslavado.
Juvencio Monroy Ponce, responsable del proyecto de la planta tratadora de aguas residuales, explicó que en época de secas CU tiene un déficit de agua y se necesita regar las áreas verdes, por lo que este proyecto ayuda a aprovechar las aguas residuales, tratarlas y posteriormente descargarlas en el agua cumpliendo con la Norma 003 que es para reuso y contacto con el ser humano.
“(Este proceso) nos va a permitir que contando con la operación de las plantas que hay en CU permitirá descargar el agua y satisfacer las necesidades de agua para riego y ahora para la función de uso, estético y recreativo que tendrá el lago”, dijo.
Monroy Ponce explicó que el tratamiento del agua se realiza por procesos aerobios de lodos activados y de biopelícula fija. Dijo que el proceso inicia cuando el líquido entra directamente desde el cárcamo de bombeo a los reactores aerobios, ahí la materia orgánica y contaminantes son metabolizados. Los reactores trabajan en paralelo, es decir, reciben caudales simultáneamente.
Posteriormente el agua pasa a un sedimentador secundario, de ahí al biofiltro, luego a un proceso de desinfección por luz ultravioleta y finalmente el agua tratada se descarga a la laguna, con ayuda de una bomba. Esta agua tratada no tiene olor y puede estar en contacto con los seres humanos, pero no es potable.