La demagogia de los funcionarios públicos y de los legisladores se ha vuelto una tradición. A lo largo de los años solo ha cambiado en ellos el declarante y algunas frases; pero en el fondo de todos ellos persiste el propósito de seguir engañando a la sociedad. Veamos un ejemplo de esto, en la década de los años 70´s, el entonces presidente de la república, Luis Echeverría, señalaba sobre la posición de la moneda mexicana frente al dólar “Reitero que el tipo de cambio está asegurado”. Al poco tiempo, sobrevino la debacle: pasamos de: 12.50 a 25 pesos por dólar.
Hoy, en tiempos de las desatacadas mentes de funcionarios formados en instituciones educativas privadas, las cosas no han cambiado nada; la impudencia continúa, tratando de ocultar sus desatinos en la conducción económica del país; así los integrantes de la Comisión de Cambios (Luis Videgaray/Agustín Carstens) ante la devaluación del peso señalaron: “México es, sin duda, uno de los países que está mejor preparado (sic) para enfrentar la volatilidad cambiaría”; o la de Videgaray días antes de que el Banco de México inyectará 200 millones de dólares diarios al mercado: “No se ve la necesidad de llevar a cabo una intervención para mantener la fortaleza de la economía.”
Los funcionarios públicos actuales apoyados en los dogmas neoliberales, no han podido resolver en los treinta y dos años de enquistamiento en el poder, las necesidades y reclamos, cada vez más perentorios, de la sociedad cada vez más desencantada ante las instituciones del país, puestas al servicio del gran capital, y que éstos han obstaculizado el crecimiento elevando las tasas de interés, la apreciación en el tipo de cambio y el raquítico nivel en inversión pública. Como lo manifestó recientemente Ernesto Turner de la UAM–Azcapotzalco: “Dichas políticas no promueven el crecimiento económico, y mucho menos el empleo.”
En estos últimos años, la pauperización de la fuerza de trabajo es una realidad acompañada de un brutal deterioro de los salarios y una pérdida significativa de las conquistas laborales. Estas desgracias han provocado un incremento alarmante de la miseria y pobreza, las cuales campean a lo ancho y largo de la república. Este ha sido el triste panorama de todos estos meses de la nueva administración federal; que desgraciadamente parece que no va a mejorar por lo que falta de su periodo.
Esta es la última publicación, por este año, de su servidor. Les doy el más sincero agradecimiento a los lectores de Economía a Retazos/ La Jornada de Oriente y les deseo lo mejor de la vida esperando se la pasen bien en unión de sus seres queridos. ¡Feliz 2015!