La remuneración de 140 mil pesos mensuales que los diputados del Congreso de estado pretenden otorgarse en 2015 representa 2 mil 195 salarios mínimos en Puebla. De confirmarse esa paga, los ingresos de los legisladores tendrían un incremento de 133 por ciento con respecto a los 60 mil pesos que percibían durante la LVII Legislatura local, correspondiente al trienio 2008–2011.
Es en verdad oprobioso que los representantes populares del Poder Legislativo poblano se aumenten la dieta, cuando no han hecho nada por mejorar la crítica situación económica en la que se encuentra el estado, que ocupa los primeros lugares a nivel nacional en marginación y pobreza.
Resulta indignante la insensibilidad y prepotencia de los diputados, quienes parecen por completo ajenos a la realidad que acomete no solo a Puebla sino al país entero, pues la mayoría de los mexicanos tiene apenas posibilidades de sobrevivencia con emolumentos que son poco menos que raquíticos.
En momentos en los que la efervescencia y la ira social cunden por los casos de represión y violación sistemática de los derechos humanos, cuando la clase política es señalada como la principal responsdable de las calamidades que suceden al país, resulta por lo menos frívolo que los legisladores poblanos estén pensando en premiarse a costa de los impuestos que pagan los contribuyentes.
No cabe duda que en Puebla se vive un momento oscuro y nefasto gracias a quienes detentan el poder político.